domingo, 26 de julio de 2009

Si te vienen a contar cositas malas del PRI

Hay mayor desigualdad,
Hundida la economía,
No se habla con la verdad,
La gente ya no confía,
Hay que actuar con seriedad,
Pensar en la Patria un día.

La actual crisis económica no se limita a una cuestión de estadísticas, sino al devastador impacto social de la misma en el desempleo, la desigualdad y la incertidumbre. Tras la derrota del comunismo nos impusieron el dogma del poder total al sector privado y al mercado, impulsando el individualismo (canibalismo) como principio ético ordenador, a través de los 10 mandamientos del Consenso de Washington que impulsaban la liberalización-desregulación-privatización global. Nuestro país adoptó dócilmente este dogma desde hace 25 años y aunque ha traído beneficios a una parte pequeña de la población, ha sido devastador para la mayoría y para complicarla, en los últimos 9 años del gobierno del cambio, en lugar de corregir el rumbo, han venido acentuando la caída, sin reconocerla sino que culpando de todo a la crisis global.

La semana pasada hablamos de las cifras de la Ecuesta Ingreso-Gasto 2008 dadas a conocer por el INEGI, sospechosamente, unos días después de las elecciones, ya que muestran claramente el aumento en la desigualdad y el fracaso de la política económica y social del actual gobierno.

Recientemente el Banco Mundial divulgó sus estimaciones actualizadas sobre el comportamiento económico mundial en 2009 y México ocupa el lugar 141 de 152 países analizados, al considerar que la mexicana será la economía con el peor comportamiento en el panorama latinoamericano y estará además muy por abajo del ya de por si pésimo promedio mundial.

La Comisión Económica para America Latina (Cepal) coincide con las anteriores estimaciones. Hace unos días divulgó su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2008-2009, en el que se indica que la economía de Brasil caerá este año 0.8%, la de Chile 1%, al igual que Guatemala y Nicaragua, El Salvador 2%, Honduras 2.5% y Paraguay y Costa Rica 3%, mientras que las que crecerán serán Argentina con 1.5%, Bolivia 2.5%, Colombia 0.6%, Cuba, República Dominicana y Ecuador con 1%, Haití y Perú con 2%, Panamá con 2.5% y Venezuela con 0.3%, dando un promedio en toda latinoamérica de -1.9%. Para nuestro país es estudio señala que: a) El PIB, o sea nuestra economía, decrecerá 7% en este año; b) Esta caída será casi cuatro veces mayor al promedio latinoamericano; c) Crece el desempleo, cae el PIB por habitante y la pobreza es la única que avanza; y d) En 2010 nuestra economía ocupará el penúltimo lugar de crecimiento, pues su tasa será similar a la de Nicaragua y Honduras (2.5 %), superando sólo a Haití (2 %).

Las finanzas públicas están complicadas y para el 2010 estarán peor, ya que la recaudación fiscal se ha venido cayendo por la menor actividad económica, por la caída en las exportaciones, en el turismo y en las remesas, así que vendrá una mayor reducción de gasto público, a menos de que el nuevo congreso, a partir de septiembre próximo, se le ocurra alguna forma de compensar los menores ingresos, lo cual solo se puede hacer con nuevos impuestos o con una mejora sustancial en la eficiencia en la captación, eliminando los regímenes de privilegio con que cuentan algunos de los grandes empresarios y disminuyendo la evasión y corrupción fiscal; sin embargo, yo considero que la parte más crítica para encontrar una salida a nuestros múltiples problemas, no solo es la parte fiscal, sino primero reconocer que el modelo neoliberal en que estamos metidos, solo va a alargar el tiempo de recesión y que es urgente dar un golpe de timón.

La forma en que toma sus decisiones el gobierno federal nos deja escépticos de que tenga la capacidad para enfrentar la situación, y si no, basta ver el caso de la nueva refinería anunciada hace ya casi un año y que hasta la fecha sigue indefinido el lugar donde se construirá. Los recientes resultados electorales que claramente reprobaron la gestión del PAN- Gobierno, y le dieron una mayoría al PRI pueden o bien complicar las cosas o ser el inicio de un cambio que se geste en el poder legislativo.

El PRI cuenta en su interior con vertientes de izquierda progresista y otras de tecnócratas vinculados al capitalismo salvaje, de manera que no cuentan con un criterio unificado; sin embargo yo espero que esta nueva oportunidad que les está dando el electorado sea aprovechada, no en beneficio del partido, sino de las grandes mayorías que tienen derecho a aspirar a una vida mejor y con oportunidades.

Ante este terrorífico panorama, ¿no es hora de olvidar los discursos y hacer algo efectivo?

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