jueves, 25 de septiembre de 2008

País desigual (#21)

Por Guillermo Castellanos Guzmán.


Hay mucha desigualdad,
Ricos, pobres, en aumento,
Es la cruda realidad,
Más ¿cuando será el momento?,
Para buscar la igualdad,
Con justicia y crecimiento.

México es un país con una gran desigualdad. Para confirmar lo anterior, veamos indicadores internacionales como son el “Coeficiente de Gini”, medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Conrado Gini y El Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desarrollado en 1990 por el economista paquistaní Mahbub Ul Haq y el economista indio Amartya Sen, que se utiliza para clasificar a países en desarrollados, en desarrollo y subdesarrollados.

El Coeficiente de Gini se utiliza para medir cualquier forma de distribución desigual como los ingresos. Es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini (coeficiente de Gini multiplicado por 100) es el más confiable de los utilizados a nivel mundial. Se aplicó a 189 países resultando un índice promedio ponderado de 40.5. Dinamarca tiene la mejor distribución (23.2), Suecia (25.0), España (32.5). Estados Unidos resultó medianamente desigual con 40.8 y México, con 53.1 se ubicó en lugar 15, superado en desigualdad por 7 países africanos y 7 países latinoamericanos.

El “IDH” es un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: Vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), Educación (alfabetización de adultos, matriculación en primaria, secundaria y superior) y Nivel de vida digno (PIB per cápita).

Nuestro país es de contrastes. La Delegación Benito Juárez en el DF y el municipio San Pedro Garza García en N.L. tienen un IDH de 0.951, superior al 0.947 que el promedio de los países de la OCDE más ricos; Coatepec, Ver, tiene 0.823, superior al de Europa Central y Oriental (0.808). Hasta abajo está Cochoapa el Grande, Gro, con 0.435, inferior al 0.493 de África Subsahariana, la región más pobre del mundo. Este indicador mide también desigualdad al comparar los valores para los municipios más altos y los más bajos. En México la diferencia es de 2.18 veces y lo sitúa como uno de los países más desiguales del mundo.

Al desagregar el IDH en sus componentes vemos por ejemplo que en salud, el de mayor índice es Benito Juárez en el DF y el más bajo es Batopilas, Chihuahua; en educación los dos mejores están en Oaxaca (San Sebastián Tula y Guelatao); en ingreso los más altos son Benito Juárez y San Pedro Garza García y los más bajos están en Oaxaca (Santiago Amoltepec y San Juan Petlalpa), con índices de 0.45 y 0.43. Un mayor índice de ingreso no implica un mayor índice en educación, ya que las políticas públicas aplicadas en los municipios pueden hacer la diferencia.

A nivel estatal y considerando solamente el índice de ingreso, los estados de Querétaro, Oaxaca, Nuevo León, Veracruz y Yucatán son los que tienen las mayores diferencias entre sus municipios con mayor y menor desarrollo. La distancia es de 41 puntos en Querétaro (entidad con mayor desigualdad entre sus municipios) y en contraste, los estados de Baja California, Baja California Sur, Colima, Aguascalientes y Tabasco tienen los municipios con menores extremos desiguales respecto al índice de ingreso.Llevamos más de 25 años casi sin crecimiento económico y con una desigualdad en aumento, lo que a su vez ha incrementado la emigración, el deterioro salarial, el desempleo, la expansión del crimen organizado y el narcotráfico. Muchos indicadores en infraestructura, educación, seguridad, nos ubican con baja competitividad internacional. Los problemas se resuelven atacando las causas no los efectos. Las marchas deberían exigir el cambio de modelo económico para presionar a las autoridades para tener crecimiento económico disminuyendo desigualdades.

Fobaproa a la Americana (#22)

Por Guillermo Castellanos Guzmán.


Es la libre competencia,
¡Que estén libres los mercados!
Pero hoy que hubo incompetencia,
Tienen que ser rescatados,
¿Nos faltó la inteligencia?
Más bien fueron muy malvados.

En la columna ECONOMÍA SIN CERA del 2 de mayo pasado decíamos que “con el fin de hacer crecer su economía y favorecer al sistema financiero que durante muchos años soportó tasas excepcionalmente bajas y considerando el gran déficit fiscal acumulado por el alto costo de la guerra, Bush decidió dar préstamos más arriesgados, para cobrar más intereses y aumentar el número de operaciones para compensar el bajo margen de intermediación de la banca y lograr que cada norteamericano fuera dueño de su casa. Se relajaron las políticas de otorgamiento de créditos y se dieron hipotecas a un nuevo tipo de clientes, los “ninja” (no income, no job, no assets; o sea, sin ingresos fijos, sin empleo fijo y sin propiedades) y eso desató el boom inmobiliario. Los créditos se dieron por un valor superior al de la casa, pues con el boom, en pocos meses valdría más. La gente recibía dinero con facilidad que gastaba en comprar otra casa, un automóvil o para ir de vacaciones. Se empujó al alza el consumo y a la economía norteamericana. La crisis inmobiliaria estalló el 9 de agosto de 2007, por el creciente número de incumplimiento de pagos, lo que puso en crisis a varios bancos de EEUU y Europa (por refinanciamientos, préstamos sobre préstamos o compra de carteras, que permitieron mezclar créditos buenos y malos). Las bajas en las tasas de interés de la Fed y las inyecciones de capital, no han evitado el colapso de algunas instituciones financieras. Esta no es una crisis de liquidez, sino de solvencia y no terminará hasta que los precios de las casas se desplomen y las instituciones financieras absorban todas las pérdidas o quiebren”.

Con el propósito de evitar el colapso del sistema financiero tras la crisis hipotecaria, esta semana, el gobierno de EEUU anunció, que asume el control de los gigantes del financiamiento hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac (con pérdidas combinadas cercanas a 14 mil millones de dólares en los últimos cuatro trimestres y cuyos mayores tenedores de su deuda: accionistas domésticos y foráneos, en especial los bancos centrales de China, Japón y Rusia, mostraban señales de creciente nerviosismo), destinando 200 mil MMDD a ambas firmas, por lo que es el mayor rescate financiero en la historia de EEUU.

Las 2 compañías cotizan en la bolsa de valores con el más depurado estilo especulativo anglosajón y también cumplían una misión de gobierno para apoyar al sector de la vivienda y al quedar bajo protección, se permitirá que sus acciones se sigan negociando, colocando en último lugar reclamos de accionistas comunes. El Secretario del Tesoro afirmó: “estas empresas no serán más dirigidas con una estrategia de maximizar dividendos, lo que históricamente ha estimulado a correr riesgos”, y añadió que antes que los accionistas (no estarán aislados de las pérdidas), serán compensados los contribuyentes.

Asimismo, El secretario del Tesoro dijo que es difícil saber el costo final de la adquisición de el mencionado control por parte del gobierno, pues dependerá del tiempo necesario para que el mercado inmobiliario estadounidense se estabilice; sin embargo la medida fue tomada con beneplácito mundial y la mayoría de las bolsas han venido reaccionando a la alza.

En el país adalid del liberalismo, se hizo esta “Nacionalización” (Megafobaproa), aunque con algunas diferencias significativas respecto a nuestro rescate bancario: i) Uno de sus objetivos es levantar el desplomado valor inmobiliario de las propiedades para que las familias norteamericanas no sigan perdiendo sus casas, mientras que a las familias de aquí las despojaron y ii) el gobierno de EEUU no les compra a las hipotecarias deudas incobrables y las deja en manos privadas, sino que asume directamente el control de las mismas, sin impactar a los contribuyentes y si a los accionistas. Aquí, los responsables quedaron impunes y el quebranto se pasó a deuda pública y lo estamos pagando los contribuyentes. Es fuerte la diferencia ¿no?

Más de lo mismo (#23)

Por Guillermo Castellanos Guzmán

El Gobierno ya avisó,
Que estancado va a seguir,
Lo fiscal no lo tocó,
A Pemex hay que exprimir,
Al extranjero llamó,
Para que venga a invertir.

La economía mexicana tiene ya tres décadas con un desempeño mediocre. Cada gobierno ha incrementado en los últimos 30 años la debilidad estructural de esta economía, restringiendo su capacidad para generar empleos e ingresos adecuados, finanzas públicas sanas y cuentas externas robustas. Y hoy que el centro de la economía capitalista mundial se encuentra golpeado por la peor crisis financiera y económica en seis décadas, ¿qué hacen nuestras autoridades económicas?

Cada vez es más evidente que el gobierno no tiene la menor intención de modificar la inercia económica del país. La CEPAL informa que Perú, Panamá, Argentina, etc están creciendo, mientras México el país latinoamericano con menor crecimiento.

Aparte de la corrupción y la impunidad, uno de nuestros males endémicos ha sido la baja recaudación fiscal (17% del PIB contra 34% en promedio de los países de la OCDE), ya que no se ha hecho una verdadera reforma fiscal, ya que exprimiendo a Pemex, la hemos sobre llevado, pero con un costo altísimo, teniendo uno de los sistemas fiscales más injusto e ineficaz del mundo, con mucha evasión y elusión fiscal y con un régimen de privilegio a los altos ingresos y a los corporativos y difiriendo inversiones en exploración, refinación, petroquímica e infraestructura en general.

La semana pasada la SHCP entregó al congreso el paquete económico 2009 (Criterios, Ley de Derechos, Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos. Los supuestos económicos son: “crecimiento” económico de 2.4% en 2008 y de 3.0% en 2009; un déficit externo de casi el doble para 2009 (13 mil 690 MMDD), con un tipo de cambio muy sobrevaluado de $10.60/dólar; se reduce la exportación de petróleo crudo a 1 millón 336 mil barriles diarios con un precio promedio de 80.3 d/barril.

Los ingresos y gastos para 2009 serán de 2 billones 821 mil MMPP (0.4% arriba de los de 2008). Pemex aportará un billón 21 mil MMPP (36% de los ingresos y 7.8% del PIB). Se señala que el esfuerzo de la administración tributaria al combatir la evasión y elusión fiscales dará ingresos anuales por 0.20% del PIB (para crecer necesitamos aumentar en el mediano plazo los ingresos en 10 puntos del PIB).

En todos estos años, el Congreso ha sido cómplice de este desastre fiscal. Deberían modificar leyes y normas que permiten enormes márgenes de discrecionalidad, corrupción, evasión y elusión fiscal y exigir al gobierno que cumpla eficazmente su función y asignando a Pemex los recursos para que sea el motor de desarrollo.

No hay medidas fiscales que aumenten el margen de maniobra y escasos recursos se destinan al desarrollo (infraestructura); sin embargo se atienden con puntualidad la deuda pública oficial tanto interna como externa (305 mil MMPP, 65% superior a lo que le tocará a la SEP, más de 1,000 % superior a lo asignado a la UNAM), las “deudas contingentes” como el Fobaproa, los Pidiregas, el “rescate” carretero y otros platos rotos y ahora se incrementan sustancialmente los recursos para “la seguridad” (casi el 1% del PIB) en un afán de seguir atacando los efectos más que las causas. ¿Qué medidas se tomarán ahora contra actos de terrorismo?

El discurso oficial insistirá en la urgencia de permitir la entrada de capital privado, principalmente extranjero, a las actividades reservadas por la Constitución al Estado, argumentando falta de recursos, de tecnología y de capacidad. El Poder Legislativo tiene enfrente una responsabilidad enorme. ¿Se comportará a la altura?

¿Corrupción o impunidad? (#24)

Por Guillermo Castellanos Guzmán.

Que tengamos corrupción,
Eso ya no es novedad,
Pero hay gran preocupación,
Por la enorme impunidad,
Seguro que hay colusión,
Con toda la Autoridad.

¿Qué es más grave para el país, la corrupción o la impunidad? Sabemos que la corrupción existe desde tiempos inmemoriales y que no es ajena a país alguno; sin embargo cuando los ilícitos no se castigan (impunidad), se invita a la sociedad a delinquir, pues quien lo hace, obtiene recursos con rapidez y facilidad, es admirado, tienen ascensos y difícilmente será castigado.

Corrupción, del verbo latino corrumpo-is-ere-rupi-ruptum, corromper, descomponer, sobornar, se manifiesta en forma creciente en un sin número de actuaciones incorrectas e inmorales: sobornos, peculados, malversación de fondos, desfalcos, tráfico de influencias, favoritismos, compadrazgos, nepotismo, abusos de autoridad, pago de favores, fraude electoral, etc, todo en connivencia con las esferas pública y privada.


Impunidad del latin impunitas-atis (“sin castigo”). El concepto no se limita a la no sanción de los delitos, sino que comprende la utilización de la ley en favor de intereses particulares. En México el índice de impunidad (más del 95%) fortalece la corrupción, favorece los mecanismos para reproducirla y además mina la confianza en los gobernantes y en las instituciones.


Tal vez la corrupción no tiene su origen en la desigualdad social, pero si puede afirmarse que ésta, sobre todo el desempleo, bajos salarios, baja educación, desintegración familiar favorecen ciertas prácticas ilícitas como los asaltos, el crimen organizado y el narcomenudeo.

La impunidad puede deberse a ineptitud, pero también a la conveniencia. Para la primera puede haber diversos instrumentos que nos protejan, pero la segunda es más difícil de combatir, pues hay todo un entramado de intereses, privilegios y ventajas de por medio. En nuestro país conviven las dos, pero la segunda ha tenido un crecimiento exponencial.

En la reciente comparecencia ante el Congreso de los responsables de la seguridad, a la que por cierto mandaron a Mouriño a defender las estrategias del gobierno, cuando él está acusado de tráfico de influencias, reconocieron que las policías están infiltradas por delincuentes; por lo que no pueden ofrecer resultados favorables. Nada se comentó de hasta que niveles de las altas esferas de la política y del gobierno llega la colusión, pues sin ésta, no es explicable tanta impunidad y si no, que se puede decir de la matanza de Tlatelolco, de las elecciones de 1988 y del 2006 entre otras, de Acteal, de Colosio y Ruiz Massiu, del mega fraude del Fobaproa, de las carreteras concesionadas, de los ingenios, del caso de Lydia Cacho, de los hijos de Martha, de la venta de empresas públicas, etc. ¿Quiénes van a desarmar el entramado?

En la historia del mundo ha habido muchos casos en que las autoridades propician actos graves de violencia, o al menos aprovechan los que se presentan, para obtener beneficios políticos, solicitando cerrar filas, causando miedo en la población, incrementando presupuestos para “enfrentar” el problema sin estrategias, endureciendo algunas medidas como aumento de penas (que habiendo impunidad no solucionan nada) e incrementando la represión, que aprovechan para aplicarla más a los disidentes políticos que a los criminales.

Estoy convencido de que México, con sus recursos y riqueza disponibles, podría estar creciendo económicamente, a tasas mucho mayores, generando infraestructura y empleos, mejorando la educación y disminuyendo desigualdades regionales y sociales, en lugar de estar sumido en el estancamiento, el deterioro social y la inseguridad. ¿Hasta cuando la sociedad civil va a despertar para exigir que esto ocurra? ¿Qué futuro de país le dejaremos a hijos y nietos?