El Gobierno ya avisó,
Que estancado va a seguir,
Lo fiscal no lo tocó,
A Pemex hay que exprimir,
Al extranjero llamó,
Para que venga a invertir.
La economía mexicana tiene ya tres décadas con un desempeño mediocre. Cada gobierno ha incrementado en los últimos 30 años la debilidad estructural de esta economía, restringiendo su capacidad para generar empleos e ingresos adecuados, finanzas públicas sanas y cuentas externas robustas. Y hoy que el centro de la economía capitalista mundial se encuentra golpeado por la peor crisis financiera y económica en seis décadas, ¿qué hacen nuestras autoridades económicas?
Que estancado va a seguir,
Lo fiscal no lo tocó,
A Pemex hay que exprimir,
Al extranjero llamó,
Para que venga a invertir.
La economía mexicana tiene ya tres décadas con un desempeño mediocre. Cada gobierno ha incrementado en los últimos 30 años la debilidad estructural de esta economía, restringiendo su capacidad para generar empleos e ingresos adecuados, finanzas públicas sanas y cuentas externas robustas. Y hoy que el centro de la economía capitalista mundial se encuentra golpeado por la peor crisis financiera y económica en seis décadas, ¿qué hacen nuestras autoridades económicas?
Cada vez es más evidente que el gobierno no tiene la menor intención de modificar la inercia económica del país. La CEPAL informa que Perú, Panamá, Argentina, etc están creciendo, mientras México el país latinoamericano con menor crecimiento.
Aparte de la corrupción y la impunidad, uno de nuestros males endémicos ha sido la baja recaudación fiscal (17% del PIB contra 34% en promedio de los países de la OCDE), ya que no se ha hecho una verdadera reforma fiscal, ya que exprimiendo a Pemex, la hemos sobre llevado, pero con un costo altísimo, teniendo uno de los sistemas fiscales más injusto e ineficaz del mundo, con mucha evasión y elusión fiscal y con un régimen de privilegio a los altos ingresos y a los corporativos y difiriendo inversiones en exploración, refinación, petroquímica e infraestructura en general.
La semana pasada la SHCP entregó al congreso el paquete económico 2009 (Criterios, Ley de Derechos, Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos. Los supuestos económicos son: “crecimiento” económico de 2.4% en 2008 y de 3.0% en 2009; un déficit externo de casi el doble para 2009 (13 mil 690 MMDD), con un tipo de cambio muy sobrevaluado de $10.60/dólar; se reduce la exportación de petróleo crudo a 1 millón 336 mil barriles diarios con un precio promedio de 80.3 d/barril.
Los ingresos y gastos para 2009 serán de 2 billones 821 mil MMPP (0.4% arriba de los de 2008). Pemex aportará un billón 21 mil MMPP (36% de los ingresos y 7.8% del PIB). Se señala que el esfuerzo de la administración tributaria al combatir la evasión y elusión fiscales dará ingresos anuales por 0.20% del PIB (para crecer necesitamos aumentar en el mediano plazo los ingresos en 10 puntos del PIB).
En todos estos años, el Congreso ha sido cómplice de este desastre fiscal. Deberían modificar leyes y normas que permiten enormes márgenes de discrecionalidad, corrupción, evasión y elusión fiscal y exigir al gobierno que cumpla eficazmente su función y asignando a Pemex los recursos para que sea el motor de desarrollo.
No hay medidas fiscales que aumenten el margen de maniobra y escasos recursos se destinan al desarrollo (infraestructura); sin embargo se atienden con puntualidad la deuda pública oficial tanto interna como externa (305 mil MMPP, 65% superior a lo que le tocará a la SEP, más de 1,000 % superior a lo asignado a la UNAM), las “deudas contingentes” como el Fobaproa, los Pidiregas, el “rescate” carretero y otros platos rotos y ahora se incrementan sustancialmente los recursos para “la seguridad” (casi el 1% del PIB) en un afán de seguir atacando los efectos más que las causas. ¿Qué medidas se tomarán ahora contra actos de terrorismo?
El discurso oficial insistirá en la urgencia de permitir la entrada de capital privado, principalmente extranjero, a las actividades reservadas por la Constitución al Estado, argumentando falta de recursos, de tecnología y de capacidad. El Poder Legislativo tiene enfrente una responsabilidad enorme. ¿Se comportará a la altura?
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