Pactos, Acuerdos, Programas,
Con nombres a todo dar,
Al vuelo echen las campanas,
El empleo quieren salvar,
Y a mí me dan muchas ganas,
De gritar y de llorar.
La columna de la semana pasada la terminé diciendo que después del mal llamado “ACUERDO” anunciado por El Presidente, mismo que por incompleto y desarticulado, no motivaba a nadie ni a seguirlo ni a complementarlo, vendrían más y más acuerdos, pactos y programas, presentados pomposamente por diversos políticos, ante unas fuerzas vivas que parece que están muertas, cada uno con propuestas pobres que resultan insuficientes para enfrentar una crisis que siguen sin valorar adecuadamente.
Garrido no se podía quedar atrás y el 15 presentó su programa con tres vertientes: la primera consistente en acelerar la inversión pública federal y estatal, la segunda para reforzar las medidas para atraer inversión nacional y extranjera al estado (estas dos son su obligación con o sin crisis) y la tercera para dar un apoyo económico a quienes queden desempleados de entre $1,500 y $4,000 por una sola vez, ampliarles su atención por parte del IMSS y un esquema de empleo temporal no precisado. Estas medidas parecen estar más orientadas a influir en el proceso electoral de este año que a generar y proteger empleos, ya que aparte de pequeñas ayudas a los que queden desempleados, nada se propuso de estímulos fiscales para quienes mantengan y creen empleos, ni de programas de apoyo al campo y a la pequeña y mediana empresa y mucho menos se anunciaron medidas de austeridad en el propio gobierno, para poner el ejemplo y para ayudar a disminuir la brecha entre gobiernos ricos y pueblos pobres (por si las moscas se fue a Europa el Gobernador).
Es increíble como los gobiernos panistas a nivel federal y a nivel estatal han desaprovechado la confianza de una parte de la población que los ayudó a llegar al poder. Mucha gente de buena fe creyó en el cambió y con entusiasmo lo apoyó; sin embargo muchos de ellos están desilusionados por la poca eficiencia, eficacia y honestidad de los mismos. En muchas reuniones sociales, técnicas, deportivas y culturales a las que he asistido últimamente, he podido escuchar con insistencia un argumento que no deja de sorprenderme: “Los gobiernos priístas eran corruptos, pero tenían más oficio y respetaban los acuerdos, en cambio los panistas resultaron igual o más corruptos, pero sin oficio, ineficaces y poco confiables para cumplir acuerdos”.
Los gobiernos panistas desaprovecharon lastimosamente la época de las vacas gordas. Una parte de los ingresos por la exportación de nuestro petróleo se presupuesta con un precio y un volumen y se distribuye en una serie de conceptos de gasto (representa el 40% del presupuesto), pero cuando se logra vender a precios superiores se obtienen los llamados excedentes petroleros, cuyo destino en el gasto no está etiquetado, pues equivale a recibir una herencia que no esperábamos. En los últimos 10 años en que los precios internacionales del petróleo estuvieron altos, el gobierno federal contó con más de 70,000 MMDD de excedentes petroleros, que no se destinaron a inversión productiva, sino a gasto corriente (prestaciones, sueldos, viajes, propaganda, coches, comidas) y 17% se pasó a los gobiernos estatales para inversión, los que al sentirse con mucho más recursos de los habituales, como Querétaro, los invirtieron en obras de relumbrón, de dudosa prioridad social, sin proyectos ejecutivos terminados que han llevado a que las obras resulten al doble y al triple del costo y del plazo programados, con deficiencias constructivas, y en muchas de las cuales, se dice, se han hecho negocios inmobiliarios por parte de gente cercana al poder.
Nuestro país está muy atrasado en infraestructura. Se argumenta que no tenemos los recursos suficientes, pero ahora que se tuvieron, se dilapidaron vergonzosamente. Los gobiernos panistas no han sabido administrar los recursos para revertir el proceso de estancamiento que acumula ya más de 25 años y ahora se encuentran incapacitados para enfrentar esta crisis.
El pasado lunes 19 de los corrientes se llevó a cabo en El Club de Industriales de esta Ciudad una reunión regional organizada por el Consejo Coordinador Empresarial, para analizar la crisis y las propuestas de las distintas ramas económicas para superarla y entre otras cosas, el representante del centro de estudios del sector privado afirmó en su presentación, que ya en distintas partes del mundo se está tomando el ejemplo de México, como una de las formas más inadecuadas para enfrentar la crisis, en comparación con lo que están haciendo otros países. Vamos a decrecer y a perder muchos empleos. ¿Hasta cuando?
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