miércoles, 5 de enero de 2011

AÑO NUEVO, PROBLEMAS VIEJOS

Nuevo año ya ha comenzado,
Se vislumbran nubarrones,
Las causas no han detectado,
Así no habrá soluciones,
El Poder está ocupado,
En próximas elecciones.

Siempre al terminar un año y empezar otro la gente y las instituciones se sienten con ánimo de plantearse muy buenos propósitos para el futuro inmediato: voy a adelgazar, voy a sacar mejores calificaciones, voy a conseguir mejor trabajo, vamos a generar más empleos, vamos a mejorar la educación, etc, etc, pero casi nunca se acompañan esos propósitos con acciones concretas que indiquen que las intenciones van en serio: inscribirse e ir a un gimnasio, comer menos y mejor, correr, andar en bicicleta, ponerse a estudiar, aprender idiomas e inscribirse en algún diplomado, incrementar la inversión en infraestructura y dar facilidades para la creación de más y mejores empresas, hacer una reforma educativa ajena a la lideresa del sindicato, etc, etc, , pues lo más fácil es dejárselo todo a la suerte y a la Virgencita de Guadalupe.

No es fácil ser optimista en este inicio de año, ya que para el 2011 no se aprecia una situación económica muy distinta a la del año que apenas ha terminado, aunque las autoridades todo lo vean color de rosa y expresen muy buenos propósitos, sabiendo que la ley de ingresos y el presupuesto de egresos de la federación no incluyen medidas para darle un giro a nuestra tendencia económica y social. Una oscuridad profunda invade el paisaje de México. En los últimos días se reportaron 20 mil secuestros de emigrantes y más de 30 mil muertos en los 4 años recientes; terminó un año con muchas catástrofes catalogadas por las autoridades como “naturales”, sin reconocer que en la mayoría de ellas existen fallas criminales en la planeación urbana de muchos gobiernos, acompañadas de actos de corrupción que permitieron asentamientos y desarrollos urbanos en zonas de alto riesgo; aumenta la carestía y el desempleo, mientras que la política de comunicación del gobierno federal, envuelta en un optimismo falso y trágicamente irreal, empeora el ambiente y extiende a la mayor parte de la población una profunda depresión, al ver corrupción e impunidad como parte “normal” de nuestra vida.

¿Qué les está ofreciendo el sistema a nuestros jóvenes? Salvo un pequeño grupo privilegiado, la mayoría tiene tres opciones: irse a buscar oportunidades del otro lado de la frontera, trabajar en la economía informal o ingresar a las filas del crimen organizado. Después de la Revolución, los gobiernos supuestamente trabajaron para acabar con la pobreza e injusticia, que fueron las causas que provocaron la lucha; sin embargo a cien años de distancia vemos nuestra realidad, en la que prevalecen muchos de los añejos problemas. Insistimos en atacar los síntomas en lugar de las causas y somos los campeones para crear programas sociales contra la pobreza, para otorgar dádivas a la población cuya utilidad tal vez sólo se refleje en votos, pero somos incapaces de crear y distribuir mejor la riqueza. Damos pescados pero no enseñamos a pescar. Es poco creíble que los gobernantes no detecten las causas que han mantenido al país en el subdesarrollo; sin embargo, actúan como si las desconocieran.
Tenemos pobreza y una gran desigualdad, desempleo y recientemente se ha incrementado en forma alarmante la violencia; sin embargo, estas son manifestaciones o síntomas de problemas estructurales severos, como son la baja recaudación fiscal, los bajos niveles de inversión en infraestructura, en educación y en ciencia y tecnología, la falta de aplicación de un estado de derecho. Pero el 2011 no será oportuno para atender estas prioridades ya que la clase política está dedicada de tiempo completo a las elecciones del 2011 y sobre todo a las del 2012, ya que lo único que les interesa es mantener el poder a unos y arrebatarlo a otros, mientras la gran mayoría de la población lucha por la sobre vivencia y su seguridad.

Lo que hace tener un poco de optimismo es que México tiene recursos, inspiración, capacidad creativa, laboriosidad y en cualquier momento el pueblo puede iniciar un despertar que se convierta en un amanecer y disipe la densa sensación de pérdida de destino. Hay varios grupos de personas capaces trabajando para que ello suceda y de eso hablaremos proximamente.

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