miércoles, 24 de marzo de 2010

¿HASTA CUANDO?

A los narcos combatir,
Fue el grito de Calderón,
En zozobra hay que vivir,
No se ve una solución,
¿No se podrá debatir,
Su despenalización?

Al tomar posesión como Presidente de la República, Calderón hizo una declaración de guerra contra el narcotráfico, actividad ilegal que venía creciendo a ritmo acelerado, generadora de muy altos volúmenes de ganancias. Los diferentes grupos o cárteles del narcotráfico se han dividido el territorio nacional, están más tecnificados, organizados y armados que las autoridades que los deben combatir, han ampliado sus actividades a otro tipo de delitos como extorsión, secuestros, asaltos y han sabido penetrar en las diferentes esferas de autoridad y de gobierno.

Para enfrentar la lucha, Calderón optó por una política de militarización de amplias zonas del territorio nacional. El ejército está preparado para la guerra, donde los derechos humanos pasan a un segundo término, pero no para actuar como policías en el marco de la ley. El balance es poco halagüeño ya que señala casi 20 mil muertos y muchos hogares destruidos, muchas denuncias de violación de derechos humanos en las zonas militarizadas, clima de inseguridad que se extiende por otras partes del país, mientras que los resultados son insuficientes, ya que no podemos pensar que vamos por buen camino y de que nos acercamos al fin de la guerra, destruyendo al enemigo.

La ejecución de 3 funcionarios del consulado de EEUU en Cd Juárez, el 14 de los corrientes, unas horas después de la tercera visita de Calderón al lugar, abre una nueva etapa en las relaciones entre los dos países. Las declaraciones y acciones del gobierno de Washington, que anuncian su malestar, el envío de agentes de la FBI y de otras corporaciones para investigar el triple crimen, señalando que la presencia del Ejército Mexicano en Juárez no ha servido para nada, el anuncio de que el martes 23 vendrían a México Hillary Clinton y 8 integrantes del gabinete de seguridad y la tibia reacción del gobierno mexicano así lo demuestran.

EEUU propicia que el negocio sea extraordinario por el alto consumo de drogas en su territorio y por los altos precios que alcanzan las drogas al ser una actividad ilícita, venden sus armas a los cárteles, nos presionan para que resolvamos el problema. Nosotros ponemos los muertos, la mayor parte del gasto para combatirlos y aumenta la intranquilidad y zozobra de los habitantes. La guerra contra los cárteles ha propiciado, además, que al no poder transitar libremente hacia el norte, incrementen su negocio interno, propiciando su consumo creciente entre nuestra población y cada día contratan a más jóvenes desempleados para incorporarlos a su organización.

¿Qué impide legalizar el comercio de las drogas?, ¿Qué intereses se oponen a dicha legalización? Tal vez la única forma de acabar con ese gran negocio, sea su legalización. Muchas voces ponen el grito en el cielo diciendo que si se legalizaran todos nos volveremos drogadictos, al igual que cuando se quitó la prohibición del comercio de bebidas alcohólicas en EEUU decían que todos se volverían borrachos.

Algo preocupante es que aumentan las versiones, de que lo sucedido en Cd Juárez pudo haber sido propiciado por grupos conservadores nacionales o por los propios americanos, para justificar una mayor injerencia de ellos en nuestros asuntos internos. De la reunión del martes sólo trascendió la cooperación y buena voluntad de las partes, pero hay que estar atentos. Debemos mantener nuestra autonomía y como dijo el papá del joven Martí: “si no pueden con el paquete, renuncien”

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