Al ver el televisor,
No nos permiten pensar,
Pues lo malo y lo mejor,
Ahí nos lo van a enseñar,
Quien disienta le irá peor,
Pues se lo van a acabar.
Desde siempre, los grupos que concentran la riqueza y el poder, han usado las técnicas a su alcance, principalmente subjetivas, para controlar la mente de las mayorías, dando enfoques de su interés, minimizando el análisis y desprestigiando y destruyendo a quienes opinan diferente.
En la época moderna es muy claro que el duopolio televisivo es el conducto para realizar dicha función. Forman parte importante de esos grupos y tienen la gran herramienta de las concesiones que les dio el gobierno. Utilizan su amplia penetración en los hogares, con una programación que pareciera diseñada por débiles mentales, pero que obedece a estudios del comportamiento humano realizados por los mejores psicólogos sociales, de manera que cada programa, cada noticia, cada imagen, cada palabra, cada gesto, tiene un objetivo perfectamente predeterminado, para entrar en forma subjetiva en millones de mentes, que de esta manera se vuelven cada vez más pasivas y manipulables, para que trabajen, consuman, se diviertan, pero no cuestionen.
Los grupos de poder no son un ente monolítico. Tienen constantes pugnas entre si, pero las dirimen sin que la gente se entere. Tienen como objetivo común mantener y acrecentar privilegios, y necesitan mayorías pasivas. Utilizan su fuerza para eliminar a quienes consideran un peligro.
Su esquema está tan bien pensado que dan la apariencia de plurales, de demócratas, de defensores del ambiente y de los derechos humanos, cuando en la realidad representan todo lo contrario. En su programación abierta incluyen telenovelas, noticias, programas cómicos, chismes del espectáculo, deportes y uno que otro programa de debate (horario con poca audiencia). Se tratan todo tipo de temas, pero al analizar la forma en que se presentan, es fácil darse cuenta de la manipulación con que lo hacen. La mayor parte de los programas son amarillistas y sin trascendencia y lo más grave es que hasta en las caricaturas, se presenta con gran naturalidad la violencia y el triunfo de los antivalores morales. El malo es el exitoso, mientras que el bueno, queda como tarugo al que todos le ven la cara. Esta educación la reciben millones de niños.
Imponen un estilo de música, de vivir, de vestir, de pensar, seleccionan los alimentos y bebidas, se convierten en jueces y juzgan con imágenes, gestos y palabras y ponen en entredicho a las instituciones, al gobierno y a quien se les ponga enfrente. Para el duopolio solo existe el futbol y pasan decenas de programas con preámbulos, partidos, resúmenes, de 1ª. y 2ª. División, de México, España, Italia, y ahí si, analizan con todo detalle opciones, escenarios y consecuencias.
No nos permiten pensar,
Pues lo malo y lo mejor,
Ahí nos lo van a enseñar,
Quien disienta le irá peor,
Pues se lo van a acabar.
Desde siempre, los grupos que concentran la riqueza y el poder, han usado las técnicas a su alcance, principalmente subjetivas, para controlar la mente de las mayorías, dando enfoques de su interés, minimizando el análisis y desprestigiando y destruyendo a quienes opinan diferente.
En la época moderna es muy claro que el duopolio televisivo es el conducto para realizar dicha función. Forman parte importante de esos grupos y tienen la gran herramienta de las concesiones que les dio el gobierno. Utilizan su amplia penetración en los hogares, con una programación que pareciera diseñada por débiles mentales, pero que obedece a estudios del comportamiento humano realizados por los mejores psicólogos sociales, de manera que cada programa, cada noticia, cada imagen, cada palabra, cada gesto, tiene un objetivo perfectamente predeterminado, para entrar en forma subjetiva en millones de mentes, que de esta manera se vuelven cada vez más pasivas y manipulables, para que trabajen, consuman, se diviertan, pero no cuestionen.
Los grupos de poder no son un ente monolítico. Tienen constantes pugnas entre si, pero las dirimen sin que la gente se entere. Tienen como objetivo común mantener y acrecentar privilegios, y necesitan mayorías pasivas. Utilizan su fuerza para eliminar a quienes consideran un peligro.
Su esquema está tan bien pensado que dan la apariencia de plurales, de demócratas, de defensores del ambiente y de los derechos humanos, cuando en la realidad representan todo lo contrario. En su programación abierta incluyen telenovelas, noticias, programas cómicos, chismes del espectáculo, deportes y uno que otro programa de debate (horario con poca audiencia). Se tratan todo tipo de temas, pero al analizar la forma en que se presentan, es fácil darse cuenta de la manipulación con que lo hacen. La mayor parte de los programas son amarillistas y sin trascendencia y lo más grave es que hasta en las caricaturas, se presenta con gran naturalidad la violencia y el triunfo de los antivalores morales. El malo es el exitoso, mientras que el bueno, queda como tarugo al que todos le ven la cara. Esta educación la reciben millones de niños.
Imponen un estilo de música, de vivir, de vestir, de pensar, seleccionan los alimentos y bebidas, se convierten en jueces y juzgan con imágenes, gestos y palabras y ponen en entredicho a las instituciones, al gobierno y a quien se les ponga enfrente. Para el duopolio solo existe el futbol y pasan decenas de programas con preámbulos, partidos, resúmenes, de 1ª. y 2ª. División, de México, España, Italia, y ahí si, analizan con todo detalle opciones, escenarios y consecuencias.
Como parte de su pluralidad, cuando informan sobre una manifestación o marcha que no les simpatiza, siempre encontrarán a un pequeño grupo destructor, o a una persona estrambótica, o una acción aislada violenta para centrar ahí la nota, aunque hayan estado miles presentes en paz y obviamente no se comentan los objetivos de la misma. Cualquier noticia de impacto económico o social, se presenta breve y es opacada por otra de nota roja, manejada con lujo de detalle.
En materia política las televisoras hacen lo mismo y seleccionan y posicionan a sus candidatos mucho antes de los procesos y tienen la habilidad de hacer creer después, que fueron los partidos y la gente los que los seleccionaron por sus grandes méritos. ¿Cuáles?
Entre más permita el gobierno que estas cosas sucedan más débil se vuelve. Los funcionarios y los políticos les rinden caravanas pues saben que los pueden encumbrar o hundir y pocos se atreven a tratar de meterlos al orden, a pesar de ser concesiones públicas. En lo individual, el blindaje para contrarrestar esta penetración es crear conciencia, pues cuando se logra, todo se ve diferente, se mantiene la capacidad de análisis, de crítica, de observación, de propuesta y sobre todo se puede sentir la libertad. Inténtalo y no te vas a arrepentir. Suerte.
En materia política las televisoras hacen lo mismo y seleccionan y posicionan a sus candidatos mucho antes de los procesos y tienen la habilidad de hacer creer después, que fueron los partidos y la gente los que los seleccionaron por sus grandes méritos. ¿Cuáles?
Entre más permita el gobierno que estas cosas sucedan más débil se vuelve. Los funcionarios y los políticos les rinden caravanas pues saben que los pueden encumbrar o hundir y pocos se atreven a tratar de meterlos al orden, a pesar de ser concesiones públicas. En lo individual, el blindaje para contrarrestar esta penetración es crear conciencia, pues cuando se logra, todo se ve diferente, se mantiene la capacidad de análisis, de crítica, de observación, de propuesta y sobre todo se puede sentir la libertad. Inténtalo y no te vas a arrepentir. Suerte.
1 comentario:
Excelente columna pa, precisamente ésta es otra de las grandes virtudes de los medios de comunicación modernos, sería imposible que una columna así se leyera en los medios tradicionales, pero aquí es más difícil la censura. Ojalá mucha gente lea esta columna, comente al respecto, pero, sobre todo, le ayude a ser un libre pensador y se cuestione TODO!
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