jueves, 2 de octubre de 2008

Petróleo ¿para unir o desunir? (#25)

Por: Guillermo Castellanos Guzmán

De impuestos recaudación,
Hacienda está reprobada,
A PEMEX otro apretón,
Aunque ya no invierta nada,
Sin buena concertación,
Nos va a cargar la … TOSTADA.

PEMEX ha sido literalmente exprimida por el gobierno. De 2000 a la fecha, tuvo ventas acumuladas por un poco más de 6 billones de pesos y pagó impuestos por casi 4 billones y medio (75.8 %), mientras que la inversión pública directa en PEMEX (sin incluir deuda) fue de 162 mil millones de pesos (2.5 % de sus ventas totales).

Recordemos que los gobiernos recientes se han dedicado a incrementar la extracción de crudo y su exportación, sin la debida restitución de reservas, han aumentado la generación de electricidad a partir de la importación de gas natural, no han construido refinerías ni plantas petroquímicas por lo que han aumentado las importaciones de gasolinas y petroquímicos, han llevado a su mínimo la investigación, no han podido o no han querido meter orden en su relación con el sindicato y como Hacienda no ha hecho su trabajo en materia de recaudación, el presupuesto sigue cada día más petrolizado (40 centavos de cada peso) y PEMEX cada día más descapitalizado y paradójicamente sin recursos para invertir.

Un trabajador, comerciante o empresario de clase media, paga entre 15 y 28 % de ISR, mientras que los grandes monopolios, por privilegios y/o corrupción, pagan muy poco y en ocasiones nada. La evasión y elusión fiscal, según los especialistas, supera el 50% de lo recaudado.

Independientemente de lo anterior, en los últimos 8 años hemos tenido excedentes petroleros (ingresos por arriba de lo presupuestado y por tanto no comprometidos) por casi 60,000 millones de dólares, que se han dilapidado en gasto corriente y en transferencias a los estados con resultados poco productivos; sin embargo, las autoridades se justifican por la falta de inversión, asegurando no contar con recursos disponibles y quejándose porque no se ha aprobado su reforma legal. Sin modificar ley alguna, con la mitad de esos recursos se pudieron haber hecho 3 refinerías, se hubieran restituido reservas y ya no importaríamos gasolinas y solo bastaba un acuerdo de los diputados, únicos responsables de asignar y autorizar presupuestos.

Las recetas del Consenso de Washington, implantadas en casi todo el mundo están en entredicho por la crisis global propiciada por la irresponsabilidad del gobierno americano y de sus instituciones financieras, en la cual han llegado a la conclusión de que el “libre mercado” no la puede resolver y el gobierno tendrá que intervenir. ¿Cuándo nos daremos cuenta nosotros de que se requiere la intervención del Estado para no dejar libre al mercado? Según el Gobernador del Banco de México, esta crisis solo nos afectará en remesas, exportaciones y turismo, uf que alivio, pues muchos creíamos que nos afectaría en todo.
El precio y el volumen de exportación del crudo van a la baja, así que las perspectivas económicas, sobre todo siguiendo el modelito ortodoxo de Washington, son bastante pesimistas.

El Congreso tiene la presión del gobierno para autorizar su reforma petrolera, de manera que con el panorama actual, insistirán en que la única solución es abrir el sector al capital privado, principalmente extranjero, en las actividades reservadas por la Constitución al Estado, sin contar con un Programa Energético de mediano plazo, que tome en cuenta las fuentes alternativas de energía y sobre todo, que ponga a PEMEX como motor de un nuevo modelo de desarrollo para el país, tal como lo plantearon muchos ponentes en los foros.El movimiento popular en defensa del petróleo no es insignificante, como lo quieren hacer aparecer los medios electrónicos, sino que tiene una fuerza nada despreciable. El Congreso deberá actuar en las próximas semanas, con inteligencia para escoger la mejor propuesta para el país y no se provoque un agravamiento de nuestra situación económica y social.

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