viernes, 10 de octubre de 2008

¿Nos afectará la crisis? (#26)

Por: Guillermo Castellanos Guzmán.

Error y especulación,
Vino Crisis Financiera,
Y nuestra pobre Nación,
Sufrirá en forma severa,
Con un golpe de timón,
Mejor suerte nos espera.

El proyecto neoliberal vigente, encabezado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, considera que el “libre mercado” soluciona todo y que no deben intervenir los gobiernos. Ofrecía bienestar general pero en realidad socavó la capacidad de los habitantes de cada nación para decidir sus propias políticas sobre inversión, finanzas, comercio, etc.

Con la firma del Tratado de libre Comercio en 1994, entre EEUU, Canadá y México nuestra economía quedó integrada a un proceso que inicia y termina fuera del país. Llevamos más de 25 años con un crecimiento mediocre. Nos explicaron que debíamos comprar donde estuviera más barato, sin importar el futuro de nuestra incipiente industria y nuestra precaria agricultura.

La situación en el país no ha sido más grave por: a) la creciente migración de trabajadores hacia EEUU, que aparte de disminuir la presión de empleo interno, aportó cuantiosas remesas que permitieron que sus familias no vivieran en pobreza extrema; b) los altos volúmenes y precios de exportación de crudo, le permitieron al país sobrevivir, aunque dilapidando esos recursos, provocando un rezago importante en ese sector estratégico; c) creció el mercado informal que ya absorbe a más del 50% de la población económicamente activa, sin seguridad social ni prestaciones y d) aumentó el crimen organizado, dando trabajo a mucha gente.

El relajamiento ético y la tolerancia de un sector financiero especulativo y sin regulación, que por su voracidad e irresponsabilidad, compartida con el gobierno americano, han propiciado una crisis mundial que apenas está iniciando a mostrar sus consecuencias, demostró a los paladines del liberalismo que su “libre mercado” no podía solucionar esta crisis y el gobierno tuvo que intervenir con un rescate financiero que tendrá un costo de entre 700 y 850 millones de dólares, que equivale a todo el PIB de nuestro país y que seguramente resultará insuficiente, porque se ha minado peligrosamente la confianza en este tipo de instituciones.

Aunque se trata de una crisis mundial, cada país tomará sus propias medidas. En nuestro país primero reino el optimismo, pero poco a poco las autoridades irán dando a conocer medidas, que ojala obedecieran más a una estrategia, que a la presión de los grupos de poder. Por lo pronto ya intervino el Banco de México con parte de sus reservas para contener la devaluación del peso, cuando se nos había dicho que lo conveniente era la libre flotación de la moneda.

De la crisis financiera viene otra económica, y EEUU entrará en recesión y no hay duda de que lo resentiremos, pues dependemos demasiado de ellos.

¿Cómo irá a afectar a la población de nuestro país esta crisis mundial? Como siempre habrá unos cuantos ganadores y la gran mayoría de perdedores, con efecto diferencial. .

Para los migrantes, no solo se frenará su flujo, sino que muchos de los que ya están allá tendrán que regresar, disminuyendo considerablemente las remesas y poniendo en situación crítica de pobreza a ellos y sus familias. La clase trabajadora se verá amenazada con despedidos y paros escalonados. El pequeño y mediano comerciante tendrá serios problemas de venta y de cobranza y algunos irán al cierre. Los deudores se verán seriamente afectados al no poder pagar si disminuyen sus ingresos. Parte de la clase media se verá obligada a malbaratar sus activos para hacerse de liquidez. Las empresas harán ajustes en personal y en gastos. La gente con ahorros y sin urgencia de liquidez tendrá la opción de buscar alternativas de inversión menos riesgosas. Para los medianos y grandes capitales habrá grandes oportunidades de inversión, con acciones y propiedades muy baratas. El gobierno recaudará menos impuestos y tenderá a hacer mayores ajustes al presupuesto, con una presión social creciente.

¡A grandes males, grandes remedios! Esta es una oportunidad histórica de replantear el país, luchando nuevamente por nuestra independencia, con una moral renovada que castigue los ilícitos y premie el esfuerzo honesto, que impulse la educación y propicie la utilización de nuestros recursos para beneficio de la población. ¿Es mucho pedir?

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