FALTA EL EXAMEN ELECTORAL

Ya quedé bien registrado,
Candidato Electoral,
Creo que habrá mucho aventado,
Que va por lo salarial,
Si el dado no está cargado,
Tal vez no me vaya mal.

De acuerdo a la convocatoria de la Legislatura, para renovar el Consejo del IEQ, el martes pasado llevé todos los documentos solicitados para demostrar el cumplimiento de los requisitos para poder ser Consejero Electoral y de acuerdo al refrán de que al que madruga Dios lo ayuda, ese día me levanté temprano y me fui a las calles de 5 de mayo, a las oficinas de la coordinación de la Legislatura y quedé inscrito con el registro 001. Así lo hice pensando encontrar una larga fila de aspirantes, olvidando que como buenos mexicanos, la mayoría de los suspirantes llevó sus papeles hasta el miércoles en la tarde a hora cercana al cierre del plazo.

Entre hoy viernes y mañana saldrá la lista de los candidatos elegibles, o sea los que pasaron (espero pasar) este primer filtro, de cumplimiento de requisitos. Asimismo, incluirán un calendario para realizar la entrevista-examen pública a cada uno de ellos, desde el martes 16 al domingo 21de los corrientes, la cual será de 40 minutos, contando el candidato con 10 minutos para hacer su exposición y los 30 restantes para preguntas y respuestas.

Al igual que en un examen profesional donde el alumno que presentó una tesis, desconoce si le preguntarán sobre la misma o sobre cualquier otra cosa que se les ocurra a los sinodales, aquí no sabemos si las preguntas versaran sobre el ensayo entregado por cada uno de nosotros.

Yo llevo muchos años vinculado al medio público y político, tanto desde la trinchera de servidor público, como de la correspondiente a la sociedad civil, participando en asociaciones civiles no lucrativas, asistiendo a foros, debates y conferencias, unas veces como ponente y otras como asistente y estoy consciente de que cuando me toque mi entrevista con los legisladores me pueden preguntar no sólo sobre mi ensayo sino sobre cualquier cosa. La ley electoral es muy amplia y llena de detalles que no es fácil memorizar. Yo esperaría preguntas de criterio, para detectar el conocimiento de los principios básicos que tenga cada candidato, más que preguntas de detalle, que son fácilmente consultables en la ley en caso de requerirse.

Recuerdo la época de fuerte discriminación racial en EEUU, en la que sucedió que un avioneta empezó a fallar y el capitán le dijo a sus tres pasajeros, dos blancos y uno negro, que sólo contaba con dos paracaídas adicionales al que él usaría para salvarse y que había la alternativa de que los sortearan o bien, que se otorgaran a los dos que resultaran mejor evaluados en un examen que él les haría. Por mayoría de votos de dos contra uno se aprueba el examen y el capitán pregunta al primer blanco: ¿en qué año fue el hundimiento del Titanic?, a lo que respondió con seguridad que había sido en 1912; continuó con el segundo blanco al que le preguntó el número de muertos en ese accidente, a lo que el interrogado contestó que un poco más de 1500 muertos y finalmente se dirigió al tercero y le dijo: A ver pinche negro, dime los nombres y direcciones de los 1512 muertos, ¿quién se quedó sin paracaídas?

En una democracia moderna se debe debatir y analizar alternativas que permitan satisfacer no sólo a las mayorías, sino en la medida de lo posible a las minorías. No se trata de que las mayorías avasallen a las minorías. Para avanzar hacia ella es fundamental contar con un órgano independiente y profesionalizado.

Una de las primeras labores del nuevo Consejo Electoral que tomará posesión el 15 de diciembre, debiera ser la organización de un amplio foro abierto para recibir propuestas para adecuar el marco electoral, bajo las premisas de eliminar al factor dinero como determinante para el acceso a cargos de elección, fortalecer la cultura democrática ciudadana, establecer instrumentos de participación directa de la ciudadanía, privilegiar plataformas y propuestas sobre descalificaciones, impedir la inequidad en las contiendas, hacer eficiente el gasto en la democracia y fortalecer al órgano electoral, asegurando su autonomía e independencia.