miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA ESPERANZA ES LA ÚLTIMA QUE MUERE

Mucho festejo y derroche,
¡México es independiente!
Demos el grito en la noche,
Y tengamos en la mente,
Que aunque todo es un desmoche,
Hay un futuro pendiente.

Dejaré para la siguiente semana la continuación de análisis de nuestra democracia, ya que en esta semana cae la fecha del bicentenario del inicio de la lucha por nuestra independencia y creo que merece algunos comentarios sobre el particular.

Todo el año se ha estado discutiendo y comentando, en editoriales de medios de comunicación y en programas de debate, sobre cuál sería la mejor forma de utilizar estas fechas en beneficio del país. Algunos, incluyendo al gobierno federal y a la mayoría de los gobiernos estatales, se prepararon para realizar festejos con luces, cuetes, música, desfiles, presentación de libros, obras de teatro, lo que me parece bien, ya que es una tradición que es difícil de eliminar y además el pueblo está tan vapuleado, que la verdad un poco de alegría y de gritos demandando la independencia: “muera el mal gobierno, viva México, viva México, viva México”, sirve hasta como terapia colectiva para reclamar sin riesgo y olvidar aunque sea por un momento todas sus dificultades; sin embargo, una cosa es un festejo austero congruente con nuestra situación económica y otra muy distinta es percatarse del gasto desmedido del gobierno federal en monumentos y parques inconclusos, en la realización de un festejo fastuoso e insultante, tratando de impresionar al mundo con nuestra grandeza, mientras que miles de compatriotas están damnificados por las fuertes inundaciones en buena parte del territorio y a los cuales no les llega la ayuda requerida, quedando en ridículo, pues en todos los países están mejor enterados que nosotros mismos, sobre nuestras carencias y complicaciones. La jerarquía católica se suma a los festejos, apareciendo ahora como promotora de los movimientos sociales, para que se olvide que siempre estuvo al lado de los opresores.

Muchas otras voces, incluyendo la mía, señalaban que aparte del festejo austero, era fundamental aprovechar estas fechas para recordar las condiciones del país que dieron origen a la lucha armada y a la que le siguieron la larga pugna entre realistas e insurgentes, monárquicos y republicanos, federalistas y centralistas, liberales y conservadores, liberales puros y moderados, partidarios de la dictadura presidencial y enemigos de la misma, en las que se derramó mucha sangre, tratando de definir un rumbo para el nuevo país, que trataba de liberarse de las intervenciones españolas, norteamericanas y francesas. Después de la Revolución vino una cierta estabilidad política y económica e íbamos como la burrita con unos pasos pa’delante y otros tantos para atrás , pero desde hace 25 años, nos metieron al modelo globalizado que cada vez nos conduce a condiciones similares a las existentes antes de las luchas armadas.
Actualmente somos altamente dependientes del exterior de cosas tan prioritarias y estratégicas como los alimentos, las gasolinas, la tecnología, nuestro nivel educativo está en los últimos lugares a nivel internacional, al igual que nuestra competitividad industrial y comercial, tenemos 8 millones de jóvenes que ni tienen trabajo ni van a la escuela (los ninis), tenemos millones de pobres, aunque afortunadamente no todos están en pobreza extrema, el gobierno federal es débil, pues ha sido secuestrado por los poderes fácticos: televisoras, partidos políticos, sindicatos, grandes empresarios, crimen organizado, de manera que aumenta en forma vertiginosa la violencia y la ausencia de autoridad verdadera, la sociedad se siente en estado de indefensión, pues los que violan la ley rara vez son castigados.

El debate parece que lo ganó el primer grupo, con un derroche en el que vuelven a ganar las televisoras y los anunciantes, mientras que los políticos están desaprovechando la oportunidad histórica de redefinir nuestro rumbo, pero afortunadamente hay muchos grupos de la sociedad civil que si lo están haciendo, que están analizando y haciendo propuestas para encontrar nuevos caminos que permitan refundar nuestra república devastada, por lo que todavía hay esperanza.

1 comentario:

Alberto Coutiño dijo...

Hola Memo: Leí tu artículo último y me parece bueno pero te pediría que plantearas sugerencias de solución.Por de pronto pido tu opinión sobre qué hacer con los políticos. Seguiré leyéndote.