A los narcos combatir,
Fue el grito de Calderón,
En zozobra hay que vivir,
No se ve una solución,
¿No se podrá debatir,
Su despenalización?
Al tomar posesión como Presidente de la República, Calderón hizo una declaración de guerra contra el narcotráfico, actividad ilegal que venía creciendo a ritmo acelerado, generadora de muy altos volúmenes de ganancias. Los diferentes grupos o cárteles del narcotráfico se han dividido el territorio nacional, están más tecnificados, organizados y armados que las autoridades que los deben combatir, han ampliado sus actividades a otro tipo de delitos como extorsión, secuestros, asaltos y han sabido penetrar en las diferentes esferas de autoridad y de gobierno.
Para enfrentar la lucha, Calderón optó por una política de militarización de amplias zonas del territorio nacional. El ejército está preparado para la guerra, donde los derechos humanos pasan a un segundo término, pero no para actuar como policías en el marco de la ley. El balance es poco halagüeño ya que señala casi 20 mil muertos y muchos hogares destruidos, muchas denuncias de violación de derechos humanos en las zonas militarizadas, clima de inseguridad que se extiende por otras partes del país, mientras que los resultados son insuficientes, ya que no podemos pensar que vamos por buen camino y de que nos acercamos al fin de la guerra, destruyendo al enemigo.
La ejecución de 3 funcionarios del consulado de EEUU en Cd Juárez, el 14 de los corrientes, unas horas después de la tercera visita de Calderón al lugar, abre una nueva etapa en las relaciones entre los dos países. Las declaraciones y acciones del gobierno de Washington, que anuncian su malestar, el envío de agentes de la FBI y de otras corporaciones para investigar el triple crimen, señalando que la presencia del Ejército Mexicano en Juárez no ha servido para nada, el anuncio de que el martes 23 vendrían a México Hillary Clinton y 8 integrantes del gabinete de seguridad y la tibia reacción del gobierno mexicano así lo demuestran.
EEUU propicia que el negocio sea extraordinario por el alto consumo de drogas en su territorio y por los altos precios que alcanzan las drogas al ser una actividad ilícita, venden sus armas a los cárteles, nos presionan para que resolvamos el problema. Nosotros ponemos los muertos, la mayor parte del gasto para combatirlos y aumenta la intranquilidad y zozobra de los habitantes. La guerra contra los cárteles ha propiciado, además, que al no poder transitar libremente hacia el norte, incrementen su negocio interno, propiciando su consumo creciente entre nuestra población y cada día contratan a más jóvenes desempleados para incorporarlos a su organización.
¿Qué impide legalizar el comercio de las drogas?, ¿Qué intereses se oponen a dicha legalización? Tal vez la única forma de acabar con ese gran negocio, sea su legalización. Muchas voces ponen el grito en el cielo diciendo que si se legalizaran todos nos volveremos drogadictos, al igual que cuando se quitó la prohibición del comercio de bebidas alcohólicas en EEUU decían que todos se volverían borrachos.
Algo preocupante es que aumentan las versiones, de que lo sucedido en Cd Juárez pudo haber sido propiciado por grupos conservadores nacionales o por los propios americanos, para justificar una mayor injerencia de ellos en nuestros asuntos internos. De la reunión del martes sólo trascendió la cooperación y buena voluntad de las partes, pero hay que estar atentos. Debemos mantener nuestra autonomía y como dijo el papá del joven Martí: “si no pueden con el paquete, renuncien”
miércoles, 24 de marzo de 2010
jueves, 18 de marzo de 2010
¿A DONDE VAS CON TANTA PRISA?
Ahora todo es rapidito,
Incluyendo hasta el comer,
Todo es aceleradito,
Nada se hace con placer,
Cambiemos ese estilito,
¿Para qué tanto correr?
En el mundo moderno parece que todo debe ser rápido, como si fuera sinónimo de eficiente. Todos tenemos prisa para trabajar, para compartir con amigos y familiares, para comer y hasta para amar. La tecnología que cambia minuto a minuto nos va metiendo en sus garras y nos hace cada vez más dependiente de ella.
Este estilo de vida está afectando sobre todo a la juventud, que está perdiendo el sentido del placer y que padece de la enfermedad de la época que es el estrés. En un estudio en Alemania realizado en un lugar de veraneo con playas, canchas deportivas, albercas, restaurantes y hasta salón de internet, llevaron a 50 muchachos y 50 muchachas durante un fin de semana para que convivieran. Los resultados del estudio fueron contundentes y preocupantes. Más del 85% de los asistentes pasó la mayor parte del tiempo en la sala de internet, chateando con personas de China o de África o de América, iban al comedor por un bocadillo y un refresco, para no perder tiempo. La convivencia entre ellos resultó mínima, las playas, las albercas y demás instalaciones tuvieron poca asistencia. En sus ratos libres hablaban por celular o practicaban algún juego electrónico individual. En la noche asistían a la disco, solicitaron mayor volumen de la música y casi no platicaban entre sí.
Dentro de esta modalidad de vida vino la comida rápida “fast foud” en los restaurantes, en la comida para llevar y en la que venden los supermercados para prepararse en casa. El objetivo es comer perdiendo el menor tiempo posible. Este tipo de alimentación, no permite disfrutar del placer del comer, ni de platicar con otros comensales y elimina las productivas, divertidas y relajantes charlas de sobre mesa, pero además y lo más grave es que no es saludable, es caro y produce diversos males incluyendo la obesidad, con todas sus nefastas consecuencias.
Para contra restar esta penosa realidad, en 1986 en la provincia de Cuneo, Italia, nació un movimiento internacional que se contrapone a la estandarización del gusto y promueve la difusión de una nueva filosofía que combina placer y conocimiento. Se le designa como “Slow Food” y tiene como símbolo el caracol, emblema de la lentitud. El Movimiento está presente en más de 50 países de todos los continentes y cuenta con más de 80,000 socios. Dentro de sus objetivos destacan los siguientes:
a) otorgar dignidad cultural a los temas de la comida y la alimentación; b) individualizar los productos alimenticios y las modalidades de producción ligados a un territorio; c) elevar la cultura alimentaria de la ciudadanía y, en particular, de las generaciones más jóvenes, para lograr la plena consciencia del derecho al placer y al gusto; d) promover la práctica de una calidad de vida distinta, basada en el respeto al ritmo y tiempo naturales, al ambiente y la salud de los consumidores, favoreciendo la fruición (gozo o placer) de aquellos que representen la máxima expresión cualitativa.
Como se puede apreciar, hay grupos activos que proponen alternativas y se resisten a aceptar con resignación el estilo de vida impuesto por la modernidad. Hay que apoyar este tipo de movimientos y solicitar políticas de Estado que contribuyan a promover sus objetivos. Tenemos problemas y no dedicamos tiempo suficiente para analizarlos ni para resolverlos. Recordemos el sabio y viejo refrán: “Despacio que voy de prisa”.
Incluyendo hasta el comer,
Todo es aceleradito,
Nada se hace con placer,
Cambiemos ese estilito,
¿Para qué tanto correr?
En el mundo moderno parece que todo debe ser rápido, como si fuera sinónimo de eficiente. Todos tenemos prisa para trabajar, para compartir con amigos y familiares, para comer y hasta para amar. La tecnología que cambia minuto a minuto nos va metiendo en sus garras y nos hace cada vez más dependiente de ella.
Este estilo de vida está afectando sobre todo a la juventud, que está perdiendo el sentido del placer y que padece de la enfermedad de la época que es el estrés. En un estudio en Alemania realizado en un lugar de veraneo con playas, canchas deportivas, albercas, restaurantes y hasta salón de internet, llevaron a 50 muchachos y 50 muchachas durante un fin de semana para que convivieran. Los resultados del estudio fueron contundentes y preocupantes. Más del 85% de los asistentes pasó la mayor parte del tiempo en la sala de internet, chateando con personas de China o de África o de América, iban al comedor por un bocadillo y un refresco, para no perder tiempo. La convivencia entre ellos resultó mínima, las playas, las albercas y demás instalaciones tuvieron poca asistencia. En sus ratos libres hablaban por celular o practicaban algún juego electrónico individual. En la noche asistían a la disco, solicitaron mayor volumen de la música y casi no platicaban entre sí.
Dentro de esta modalidad de vida vino la comida rápida “fast foud” en los restaurantes, en la comida para llevar y en la que venden los supermercados para prepararse en casa. El objetivo es comer perdiendo el menor tiempo posible. Este tipo de alimentación, no permite disfrutar del placer del comer, ni de platicar con otros comensales y elimina las productivas, divertidas y relajantes charlas de sobre mesa, pero además y lo más grave es que no es saludable, es caro y produce diversos males incluyendo la obesidad, con todas sus nefastas consecuencias.
Para contra restar esta penosa realidad, en 1986 en la provincia de Cuneo, Italia, nació un movimiento internacional que se contrapone a la estandarización del gusto y promueve la difusión de una nueva filosofía que combina placer y conocimiento. Se le designa como “Slow Food” y tiene como símbolo el caracol, emblema de la lentitud. El Movimiento está presente en más de 50 países de todos los continentes y cuenta con más de 80,000 socios. Dentro de sus objetivos destacan los siguientes:
a) otorgar dignidad cultural a los temas de la comida y la alimentación; b) individualizar los productos alimenticios y las modalidades de producción ligados a un territorio; c) elevar la cultura alimentaria de la ciudadanía y, en particular, de las generaciones más jóvenes, para lograr la plena consciencia del derecho al placer y al gusto; d) promover la práctica de una calidad de vida distinta, basada en el respeto al ritmo y tiempo naturales, al ambiente y la salud de los consumidores, favoreciendo la fruición (gozo o placer) de aquellos que representen la máxima expresión cualitativa.
Como se puede apreciar, hay grupos activos que proponen alternativas y se resisten a aceptar con resignación el estilo de vida impuesto por la modernidad. Hay que apoyar este tipo de movimientos y solicitar políticas de Estado que contribuyan a promover sus objetivos. Tenemos problemas y no dedicamos tiempo suficiente para analizarlos ni para resolverlos. Recordemos el sabio y viejo refrán: “Despacio que voy de prisa”.
miércoles, 10 de marzo de 2010
AUTODEPURACIÓN FALLIDA
La gente para luchar,
Busca una organización,
Si la quiere prestigiar,
Debe actuar sin corrupción,
Al que hace mal, expulsar,
Para hacer depuración.
El ser humano tiene la necesidad de organizarse para diferentes fines, ya sea para defender intereses comunes en el trabajo o en su comunidad, o para unirse con personas afines, con inquietudes similares, ya sea deportivas, culturales, políticas, humanitarias, espirituales, o para difundir los conocimientos de su gremio, o bien para luchar por el poder con personas que comparten ideologías y visiones de futuro. Así se han formado sindicatos de trabajadores, organización de colonos, clubs deportivos, centros culturales, iglesias, colegios de profesionistas, partidos políticos, etc.
Cada grupo se organiza y opera de acuerdo a ciertas reglas conocidas y aceptadas por los que ingresan como miembros del grupo y define su propio método de trabajo. El prestigio de un grupo se determina por el prestigio tanto de sus integrantes, como de las personas que los dirigen o representan. Cuando alguno de los miembros realiza acciones indebidas o ilegales desprestigia al grupo, si éste en lugar de castigarlo, sancionarlo y hasta expulsarlo, como medida de autodepuración, lo encubre y lo protege, convirtiéndose en cómplice. Cada día nos percatamos con tristeza que son muchos los grupos importantes que en lugar de la autodepuración, prefieren callar, ocultar y encubrir malas acciones y hasta delitos de algunos de sus miembros, pensando equivocadamente que si trascienden hacia el exterior los informes de los hechos indebidos y los castigos correspondientes, la organización se va a desprestigiar ante la opinión pública, cuando en realidad, el verdadero desprestigio viene cuando esa opinión pública se entera no sólo de los ilícitos, sino de la actitud complaciente y deshonesta de la organización o al menos de sus dirigentes, que habiendo conocido de los mismos, prefirió cerrar los ojos y seguir adelante.
Miguel de la Madrid, hace unas cuantas semanas, fue entrevistado por Carmen Aristegui é hizo una tremenda confesión: “la estabilidad del sistema político se debe a que los que llegan al poder protegen a los que se van”.
Esta práctica se ha vuelto común en sindicatos, familias, asociaciones y no se diga en partidos políticos, gobierno y grupos religiosos. La clase política se han convertido en una de las más desprestigiadas del país. Nos enteramos de corruptelas, malos manejos, crímenes y ni la autoridad los castiga ni su partido político los sanciona o expulsa y muchos de los señalados mantienen liderazgo en sus partidos.
La jerarquía católica no se salva de esta práctica, pues cuando ha habido demandas contra sacerdotes pederastas, las autoridades eclesiásticas en lugar de ponerlos a disposición de las autoridades, los protegen, niegan el delito y los cambian de adscripción, para que hagan de las suyas en otro lado. Mención especial merece el caso de Marcial Maciel fundador de los Legionarios de Cristo, sobre el que pesan acusaciones muy serias desde hace más de 50 años, que cada día salen a la luz mas fechorías y que se comprueba que las autoridades tenían la información de los hechos y prefirieron callar, negar, encubrirlo y a punto estuvo de que lo quisieran canonizar.
Los graves problemas del país no se discuten, pues nos tienen entretenidos con los chismes políticos y religiosos. ¿Pero saben que es lo peor?, si claro, acertó. Cada día hay más pruebas para castigar a los culpables y ¡no pasa nada!
Busca una organización,
Si la quiere prestigiar,
Debe actuar sin corrupción,
Al que hace mal, expulsar,
Para hacer depuración.
El ser humano tiene la necesidad de organizarse para diferentes fines, ya sea para defender intereses comunes en el trabajo o en su comunidad, o para unirse con personas afines, con inquietudes similares, ya sea deportivas, culturales, políticas, humanitarias, espirituales, o para difundir los conocimientos de su gremio, o bien para luchar por el poder con personas que comparten ideologías y visiones de futuro. Así se han formado sindicatos de trabajadores, organización de colonos, clubs deportivos, centros culturales, iglesias, colegios de profesionistas, partidos políticos, etc.
Cada grupo se organiza y opera de acuerdo a ciertas reglas conocidas y aceptadas por los que ingresan como miembros del grupo y define su propio método de trabajo. El prestigio de un grupo se determina por el prestigio tanto de sus integrantes, como de las personas que los dirigen o representan. Cuando alguno de los miembros realiza acciones indebidas o ilegales desprestigia al grupo, si éste en lugar de castigarlo, sancionarlo y hasta expulsarlo, como medida de autodepuración, lo encubre y lo protege, convirtiéndose en cómplice. Cada día nos percatamos con tristeza que son muchos los grupos importantes que en lugar de la autodepuración, prefieren callar, ocultar y encubrir malas acciones y hasta delitos de algunos de sus miembros, pensando equivocadamente que si trascienden hacia el exterior los informes de los hechos indebidos y los castigos correspondientes, la organización se va a desprestigiar ante la opinión pública, cuando en realidad, el verdadero desprestigio viene cuando esa opinión pública se entera no sólo de los ilícitos, sino de la actitud complaciente y deshonesta de la organización o al menos de sus dirigentes, que habiendo conocido de los mismos, prefirió cerrar los ojos y seguir adelante.
Miguel de la Madrid, hace unas cuantas semanas, fue entrevistado por Carmen Aristegui é hizo una tremenda confesión: “la estabilidad del sistema político se debe a que los que llegan al poder protegen a los que se van”.
Esta práctica se ha vuelto común en sindicatos, familias, asociaciones y no se diga en partidos políticos, gobierno y grupos religiosos. La clase política se han convertido en una de las más desprestigiadas del país. Nos enteramos de corruptelas, malos manejos, crímenes y ni la autoridad los castiga ni su partido político los sanciona o expulsa y muchos de los señalados mantienen liderazgo en sus partidos.
La jerarquía católica no se salva de esta práctica, pues cuando ha habido demandas contra sacerdotes pederastas, las autoridades eclesiásticas en lugar de ponerlos a disposición de las autoridades, los protegen, niegan el delito y los cambian de adscripción, para que hagan de las suyas en otro lado. Mención especial merece el caso de Marcial Maciel fundador de los Legionarios de Cristo, sobre el que pesan acusaciones muy serias desde hace más de 50 años, que cada día salen a la luz mas fechorías y que se comprueba que las autoridades tenían la información de los hechos y prefirieron callar, negar, encubrirlo y a punto estuvo de que lo quisieran canonizar.
Los graves problemas del país no se discuten, pues nos tienen entretenidos con los chismes políticos y religiosos. ¿Pero saben que es lo peor?, si claro, acertó. Cada día hay más pruebas para castigar a los culpables y ¡no pasa nada!
COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y DEL CARIBE
Ya es vieja Organización,
Con influencia desigual,
USA la hace de Patrón,
Pues es País principal,
Hoy tenemos nueva opción,
De una unión continental.
México, país latinoamericano, siempre ha estado ante la disyuntiva de aliarse con sus países hermanos del continente, más similares a su nivel de desarrollo, o con los más cercanos que son EEUU y Canadá, aunque exista gran disparidad en los niveles de desarrollo. Por muchas razones hemos optado más por la segunda, pero ser socio de países mucho más desarrollados que nosotros, nos ha mantenido en posición débil de negociación, con más desventajas que ventajas y nos tiene en una peligrosa dependencia económica y cultural, sobre todo con EEUU.
Los países de América contamos con una organización para discutir los asuntos de interés común, que es la llamada “Organización de los Estados Americanos OEA”, que es el organismo regional más antiguo del mundo, cuyo origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington, D.C., del 2 de octubre de 1889 al 19 de abril de 1890. En esta reunión, se acordó crear la Unión Internacional de Repúblicas Americanas. La Carta de la OEA se firmó en Bogotá, Colombia, en 1948 (entró en vigor hasta 1951). Dicha Carta ha sido enmendada 4 veces: por el Protocolo de Buenos Aires de 1967 (entró en vigor en 1970); por el Protocolo de Cartagena de Indias de 1985 (entró en vigor en 1988); por el Protocolo de Managua de 1993 (entró en vigor en 1996); y por el Protocolo de Washington de 1992 (entró en vigor en 1997). Actualmente, la OEA tiene 35 Estados Miembros, no incluye a Cuba y tiene como “Observador Permanente” a 63 Estados y a la UE.
El hecho de que EEUU sea miembro de la Organización, hace que su influencia en las decisiones sea decisiva. En muchas ocasiones EEUU ha utilizado a la Organización para validar sus propuestas, ya que cuentan con muchos mecanismos de presión para que el resto de los países los apoyen.
El mes pasado se llevó a cabo en Playa del Carmen, México, La Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, en la cual se aprobó la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (33 naciones sin EEUU ni Canadá), la que deberá promover la cooperación entre los mecanismos subregionales, bajo los principios del respeto al derecho internacional, la igualdad soberana de los estados, el no uso de la fuerza, y la promoción de la democracia y los derechos humanos. En los próximos meses se realizarán las reuniones del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) y adicionalmente se acordaron reuniones de este grupo de unidad en Venezuela (2011) y en Chile (2012), para afinar su configuración.
La CEPAL les propuso centrar sus esfuerzos en ocho áreas: fomento del comercio dentro de la región, inversión en infraestructura, cohesión social, reducción de las asimetrías, competitividad, acercamiento conjunto a Asia-Pacífico, reforma del sistema financiero internacional y cambio climático. El papel de Brasil que representa el 30% del PIB regional será fundamental. México, que representa el 27% del PIB regional, tiene la oportunidad histórica de definirse y actuar con decisión y sin retórica.
Con influencia desigual,
USA la hace de Patrón,
Pues es País principal,
Hoy tenemos nueva opción,
De una unión continental.
México, país latinoamericano, siempre ha estado ante la disyuntiva de aliarse con sus países hermanos del continente, más similares a su nivel de desarrollo, o con los más cercanos que son EEUU y Canadá, aunque exista gran disparidad en los niveles de desarrollo. Por muchas razones hemos optado más por la segunda, pero ser socio de países mucho más desarrollados que nosotros, nos ha mantenido en posición débil de negociación, con más desventajas que ventajas y nos tiene en una peligrosa dependencia económica y cultural, sobre todo con EEUU.
Los países de América contamos con una organización para discutir los asuntos de interés común, que es la llamada “Organización de los Estados Americanos OEA”, que es el organismo regional más antiguo del mundo, cuyo origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington, D.C., del 2 de octubre de 1889 al 19 de abril de 1890. En esta reunión, se acordó crear la Unión Internacional de Repúblicas Americanas. La Carta de la OEA se firmó en Bogotá, Colombia, en 1948 (entró en vigor hasta 1951). Dicha Carta ha sido enmendada 4 veces: por el Protocolo de Buenos Aires de 1967 (entró en vigor en 1970); por el Protocolo de Cartagena de Indias de 1985 (entró en vigor en 1988); por el Protocolo de Managua de 1993 (entró en vigor en 1996); y por el Protocolo de Washington de 1992 (entró en vigor en 1997). Actualmente, la OEA tiene 35 Estados Miembros, no incluye a Cuba y tiene como “Observador Permanente” a 63 Estados y a la UE.
El hecho de que EEUU sea miembro de la Organización, hace que su influencia en las decisiones sea decisiva. En muchas ocasiones EEUU ha utilizado a la Organización para validar sus propuestas, ya que cuentan con muchos mecanismos de presión para que el resto de los países los apoyen.
El mes pasado se llevó a cabo en Playa del Carmen, México, La Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, en la cual se aprobó la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (33 naciones sin EEUU ni Canadá), la que deberá promover la cooperación entre los mecanismos subregionales, bajo los principios del respeto al derecho internacional, la igualdad soberana de los estados, el no uso de la fuerza, y la promoción de la democracia y los derechos humanos. En los próximos meses se realizarán las reuniones del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC) y adicionalmente se acordaron reuniones de este grupo de unidad en Venezuela (2011) y en Chile (2012), para afinar su configuración.
La CEPAL les propuso centrar sus esfuerzos en ocho áreas: fomento del comercio dentro de la región, inversión en infraestructura, cohesión social, reducción de las asimetrías, competitividad, acercamiento conjunto a Asia-Pacífico, reforma del sistema financiero internacional y cambio climático. El papel de Brasil que representa el 30% del PIB regional será fundamental. México, que representa el 27% del PIB regional, tiene la oportunidad histórica de definirse y actuar con decisión y sin retórica.
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