Se acerca día de elección,
Al PAN lo veo preocupado,
Pues sabe que su actuación,
Al pueblo no le ha gustado,
Ni a nivel Federación,
Tampoco aquí en nuestro Estado.
Considerando que la gente no estaba satisfecha con el desempeño del PRI, decidió votar en 1997 por la alternancia en el Estado de Querétaro y volvió a ratificar su voto en el 2003. A nivel nacional pasó lo mismo con la Presidencia en el 2000 y en el 2006, aunque en ese último año el proceso estuvo plagado de irregularidades y dejó al país muy dividido.
El balance de la alternancia es desfavorable para el PAN. Las expectativas de la gente eran muy grandes y se han ido desinflando como un globo, dejando indignación y frustración.
Fox habló de 70 años de corrupción y no castigó ni metió a nadie a la cárcel. Prometió hacer crecer la economía al 7% anual y no alcanzó el 2% (no creó empleos, perdimos competitividad, aumentó la emigración de trabajadores). Tolero todo tipo de corruptelas, incluyendo a gente muy cercana a sus afectos. Desperdició su bono democrático al no realizar cambios de fondo, ni en la reforma del estado, ni en la estructura económica y fiscal, ni en el sistema político. Tuvo la suerte de contar con 45,000 millones de dólares de excedentes petroleros (arriba de presupuesto), suficientes para construir 3 refinerías y muchas cosas más, pero él dilapidó el 83% en gasto corriente (puestos, sueldos, prestaciones) y solo un 17% se invirtió en los estados.
Calderón se definió como presidente del empleo, pero está empeñado en lograr todo lo contrario y llevar al desempleo a niveles históricos nunca vistos, a seguir perdiendo competitividad, a hundir más la educación, culpando de todo a la crisis externa y a la influenza. La verdad es que no tiene plan, ni estrategia, ni equipo, ni respaldo social para plantear opciones efectivas. Su lucha mal planeada contra el narcotráfico y el crimen organizado y el manejo alarmista de la pandemia, ha alejado a turistas e inversionistas, creando pánico en la población. El nivel de impunidad ha llegado a niveles insospechados; nos enteramos de delitos graves y nunca hay responsables.
En nuestro Estado también hay cosas preocupantes. Los gobiernos actúan a espaldas de la sociedad, sin consultarla y sin darle cuentas, llevando a cabo acciones distantes de los intereses de la mayoría y con poca transparencia, tanto en el campo de modificaciones legales (nueva constitución, reforma electoral, intención de crear una nueva Secretaría al 5 para las 12), como en el caso de impartición de justicia y no se diga en obra pública, en la que se ha invertido cantidades muy grandes de recursos, muchos provenientes de los excedentes petroleros, pero sin consulta a la población y sin los estudios y proyectos completos, lo que ha hecho que resulten mucho más caras (doble y hasta triple) que lo señalado inicialmente, más tardadas y en muchos casos incompletas, por lo que no operan con la eficiencia que debieran. Como ejemplos están: El Paseo Constituyentes, el Paseo Central en San Juan del Río, el distribuidor vial Fray Junípero Sierra, el Acuaférico, el Acueducto II, la Ciudad de las Artes, el Parque Bicentenario, repavimentaciones de poca duración. Estoy convencido que a través de una consulta democrática para determinar las prioridades, la distribución del gasto hubiera sido muy diferente, pues existen grandes carencias de servicios en colonias populares, mal sistema de transporte, falta de vialidades, falta de pequeños espacios dignos para la cultura y las artes. Además, las obras resultantes, si se hubieran hecho con planeación (estudios y proyectos ejecutivos) hubieran salido a costos mucho más bajos, en menor plazo y con operación eficiente.
La población estaba conciente de que la alternancia con el PAN no tendría un cambio de rumbo económico ni social, pero pensaba que al menos habría mejor manejo de los recursos públicos y un comportamiento más ético de los funcionarios. No se cumplió este supuesto y además demostraron un manejo ineficiente e ineficaz de la cosa pública.
Con el PRI el hartazgo llegó a los 70 años, pero el PAN hizo la hazaña de lograrlo en 12 años. Hay opciones interesantes. Me queda una semana para decidir y al menos tengo ya muy claro por quién no voy a votar, pues ya no quiero PAN con lo mismo.
miércoles, 24 de junio de 2009
jueves, 18 de junio de 2009
¿Voto anulado? (II)
Usar el Voto Anulado,
Para muchos, una opción,
Que quieren mostrar enfado,
Y también su decepción,
Buscando un cambio esperado,
Ejerciendo una presión.
La democracia es un sueño que aún tenemos muy lejos de nuestra realidad. Las modificaciones a la legislación electoral han dado unos pasos para adelante y otros tantos para atrás. En la actualidad los ciudadanos estamos prácticamente excluidos de todos los procesos, pues los partidos sólo nos han dejado el triste papel de votar por candidatos en cuya selección no participamos, con el agravante de que la gran mayoría de los “elegidos” no representan a las grandes mayorías sino a los grupos de poder y sus decisiones benefician a un pequeño grupo privilegiado, mientras que los demás, pasamos de una situación difícil a otra más crítica, con problemas para obtener y/o conservar el empleo y para mejorar las condiciones de vida.
Lo anterior nos tiene molestos, pues además vemos que hay demasiados funcionarios, diputados y senadores, magistrados, etc, cuyos sueldos y prestaciones (compensaciones, bonos, seguros médicos privados, viajes) resultan desproporcionados y para colmo, no atienden ni resuelven los problemas de las mayorías, muchos hacen corruptelas, nos enteramos con detalle de ellas, pero nadie es castigado y a veces hasta son premiados.
Las cúpulas de los partidos y los grupos de poder llamados “poderes fácticos” tienen controlado todo el proceso para atender solo a sus intereses y no han querido darnos a los ciudadanos algo más de participación, como podía ser la aprobación del plebiscito, del referendum, de la consulta popular, de la revocación de mandato (quitar a los que no cumplen y/o son corruptos) y las candidaturas independientes, etc.
No obstante lo anterior, los ciudadanos no estamos organizados para defendernos contra toda esa situación y muchos que están inconformes, dejarán de ir a votar (abstención), al igual que muchos otros que lo harán por irresponsables, apáticos o flojos, por lo que esta acción resulta ineficiente y da pretexto a las autoridades para echarle la culpa a la apatía y falta de cultura democrática del ciudadano, de la pobre democracia que tenemos. Si el abstencionismo fuera del 50% y el ganador obtuviera el 40% de los votos, resultaría electo por el 20% de los ciudadanos (1 de 5). Es importante recordar que el abstencionismo no cuenta para el total de votos con el que se calcula el 2% que requieren los partidos para no perder su registro.
Para muchos, una opción,
Que quieren mostrar enfado,
Y también su decepción,
Buscando un cambio esperado,
Ejerciendo una presión.
La democracia es un sueño que aún tenemos muy lejos de nuestra realidad. Las modificaciones a la legislación electoral han dado unos pasos para adelante y otros tantos para atrás. En la actualidad los ciudadanos estamos prácticamente excluidos de todos los procesos, pues los partidos sólo nos han dejado el triste papel de votar por candidatos en cuya selección no participamos, con el agravante de que la gran mayoría de los “elegidos” no representan a las grandes mayorías sino a los grupos de poder y sus decisiones benefician a un pequeño grupo privilegiado, mientras que los demás, pasamos de una situación difícil a otra más crítica, con problemas para obtener y/o conservar el empleo y para mejorar las condiciones de vida.
Lo anterior nos tiene molestos, pues además vemos que hay demasiados funcionarios, diputados y senadores, magistrados, etc, cuyos sueldos y prestaciones (compensaciones, bonos, seguros médicos privados, viajes) resultan desproporcionados y para colmo, no atienden ni resuelven los problemas de las mayorías, muchos hacen corruptelas, nos enteramos con detalle de ellas, pero nadie es castigado y a veces hasta son premiados.
Las cúpulas de los partidos y los grupos de poder llamados “poderes fácticos” tienen controlado todo el proceso para atender solo a sus intereses y no han querido darnos a los ciudadanos algo más de participación, como podía ser la aprobación del plebiscito, del referendum, de la consulta popular, de la revocación de mandato (quitar a los que no cumplen y/o son corruptos) y las candidaturas independientes, etc.
No obstante lo anterior, los ciudadanos no estamos organizados para defendernos contra toda esa situación y muchos que están inconformes, dejarán de ir a votar (abstención), al igual que muchos otros que lo harán por irresponsables, apáticos o flojos, por lo que esta acción resulta ineficiente y da pretexto a las autoridades para echarle la culpa a la apatía y falta de cultura democrática del ciudadano, de la pobre democracia que tenemos. Si el abstencionismo fuera del 50% y el ganador obtuviera el 40% de los votos, resultaría electo por el 20% de los ciudadanos (1 de 5). Es importante recordar que el abstencionismo no cuenta para el total de votos con el que se calcula el 2% que requieren los partidos para no perder su registro.
Señalábamos en la columna anterior que ha venido tomando fuerza la propuesta del “voto nulo”, como muestra de descontento y de rechazo a la clase política, la cual consiste en asistir a las urnas y tachar toda la boleta (no dejarla en blanco “voto blanco”, ya que pueden utilizarla los tranzas en su beneficio). Imaginemos que esta campaña convenza a los inconformes de que en lugar de abstenerse asistan y anulen su voto y como ejemplo supongamos que son la mitad de los que se abstienen (25 % de los ciudadanos), que sumados a los que en las encuestas recientes han afirmado que anularán su voto (10%), darían un 35% para esta opción, mientras que los candidatos ganadores obtendrían del orden del 16% (en el ejemplo: 25% de abstención, 35% de voto nulo y 40% de voto directo; el ganador obtiene 40%, o sea el respaldo del 16% de los electores). El “voto nulo” no tiene valor legal, pero puede alcanzar un valor político inmenso. Un alto porcentaje acompañado con actos políticos el día de la elección en todas las grandes ciudades, con la asistencia de los que recurrieron a esta opción, explicando sus motivos, sería de impacto inimaginable.
El “voto nulo” si suma en el total con el que se calculará el 2% de sobrevivencia de partidos y es claro que los partidos chicos correrán más riesgo de perder su registro si se usa la anulación en lugar de la abstención.
En el pobre horizonte de partidos hay personas y grupos que proponen y sostienen posturas opuestas al modelo neoliberal que nos tiene inmersos en varias crisis. Son opciones que se pueden escoger a la hora de votar. Quien simpatice con algún candidato o partido que vote por él, pero quien no, que sepa que tiene la opción del “voto nulo”. Los invito a seguir analizando el asunto. Todavía tenemos dos semanas.
Una buena noticia: El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades destinado a galardonar a personas o instituciones "cuya labor creadora o de investigación represente una aportación relevante a la cultura universal" fue otorgado el año pasado al buscador Google, y el anterior a las revistas científicas Science et Nature y National Geografic. Este año, por su vasta influencia en el ámbito iberoamericano y por el entramado cultural creado en su país lo ganó la UNAM. Los neoliberales no pudieron acabar con ella.
jueves, 11 de junio de 2009
¿Voto Anulado?
Muestra de inconformidad,
Lo es el voto anulado,
Impacta en la sociedad,
Si es masivo, más que aislado,
Es acto de libertad,
Debe ser analizado.
Es tiempo de campañas políticas. Estamos a menos de un mes de las elecciones intermedias, en las que se elegirán a los diputados que se integrarán al Congreso de la Unión a partir de septiembre próximo.
De acuerdo a la última encuesta del Reforma de hace unos días, la intención del voto muestra cambios importantes en un año (de mayo a mayo). El PRI ha aumentado de 33 al 37%, mientras que el PAN ha bajado de 38 al 31% y el PRD del 18 al 16%. El resto de los partidos a nivel nacional alcanzan niveles modestos de intención de voto, así el PT tiene 4%, Convergencia 3%, Nueva Alianza 2% y el Social Demócrata el 1% y no deja de llamar la atención el 6 % del Partido Verde, gracias a su propuesta de ¡pena de muerte!
El país está inmerso en una situación muy crítica, casi en cualquier actividad que se nos ocurra: economía, ambiente social, inseguridad, impartición de justicia, impunidad, educación, agricultura, energía, ecología, ciencia y tecnología, competitividad, cultura, deporte y con una clase política cada vez más desprestigiada y lo más grave es que estos temas no se tocan con seriedad en las campañas políticas. Prometen crear empleos, disminuir impuestos, garantizar seguridad, dar bienestar, como “atractivos lemas de campaña” que cada vez engañan a menos gente, pues no se explica como lograrán lo ofrecido. Yo he explicado anteriormente, mis puntos de vista sobre la necesidad de abandonar el modelo neoliberal, si queremos empezar a resolver nuestros problemas. No he escuchado a partido alguno proponer esto o algún otro cambio de fondo, ya que prefieren nadar de muertitos y no quieren enfrentarse a los grandes intereses que quieren que todo siga igual.
Una proporción grande de la población piensa que nuestro destino es el fracaso, que la corrupción es parte de nosotros y por tanto no puede ser erradicada, que la política es cosa de los partidos y de los políticos, que el que no tranza no avanza, que no vale la pena quejarse porque el gobierno hace lo que quiere, que hay que aguantarse y que mañana Dios dirá. La conformidad no nos deja salir de nuestra mediocridad: “los anteriores eran rateros pero repartían”, “al menos no quedamos en último lugar”, “ahora al menos nos enteramos de las cosas”, “pobre presidente, no lo dejan actuar”, “nos tocaron los más difíciles”, “todos los partidos son iguales”.
Lo es el voto anulado,
Impacta en la sociedad,
Si es masivo, más que aislado,
Es acto de libertad,
Debe ser analizado.
Es tiempo de campañas políticas. Estamos a menos de un mes de las elecciones intermedias, en las que se elegirán a los diputados que se integrarán al Congreso de la Unión a partir de septiembre próximo.
De acuerdo a la última encuesta del Reforma de hace unos días, la intención del voto muestra cambios importantes en un año (de mayo a mayo). El PRI ha aumentado de 33 al 37%, mientras que el PAN ha bajado de 38 al 31% y el PRD del 18 al 16%. El resto de los partidos a nivel nacional alcanzan niveles modestos de intención de voto, así el PT tiene 4%, Convergencia 3%, Nueva Alianza 2% y el Social Demócrata el 1% y no deja de llamar la atención el 6 % del Partido Verde, gracias a su propuesta de ¡pena de muerte!
El país está inmerso en una situación muy crítica, casi en cualquier actividad que se nos ocurra: economía, ambiente social, inseguridad, impartición de justicia, impunidad, educación, agricultura, energía, ecología, ciencia y tecnología, competitividad, cultura, deporte y con una clase política cada vez más desprestigiada y lo más grave es que estos temas no se tocan con seriedad en las campañas políticas. Prometen crear empleos, disminuir impuestos, garantizar seguridad, dar bienestar, como “atractivos lemas de campaña” que cada vez engañan a menos gente, pues no se explica como lograrán lo ofrecido. Yo he explicado anteriormente, mis puntos de vista sobre la necesidad de abandonar el modelo neoliberal, si queremos empezar a resolver nuestros problemas. No he escuchado a partido alguno proponer esto o algún otro cambio de fondo, ya que prefieren nadar de muertitos y no quieren enfrentarse a los grandes intereses que quieren que todo siga igual.
Una proporción grande de la población piensa que nuestro destino es el fracaso, que la corrupción es parte de nosotros y por tanto no puede ser erradicada, que la política es cosa de los partidos y de los políticos, que el que no tranza no avanza, que no vale la pena quejarse porque el gobierno hace lo que quiere, que hay que aguantarse y que mañana Dios dirá. La conformidad no nos deja salir de nuestra mediocridad: “los anteriores eran rateros pero repartían”, “al menos no quedamos en último lugar”, “ahora al menos nos enteramos de las cosas”, “pobre presidente, no lo dejan actuar”, “nos tocaron los más difíciles”, “todos los partidos son iguales”.
No obstante lo anterior, cada día hay más personas y grupos que muestran inquietudes, inconformidades y que presentan propuestas. A mi me ha llamado la atención escuchar recientemente a algunos intelectuales y especialistas en temas políticos, que han venido proponiendo como medida de rechazo a la clase política, el ir a las urnas y anular el voto (tachando toda la boleta), por no estar satisfecho ni con partidos ni con candidatos. Al principio la rechacé de entrada, pues siempre he sido defensor de la democracia; sin embargo, creo que todos tenemos la obligación de al menos analizarla, antes de tomar una decisión.
El abstencionismo, que consiste en no presentarse a votar, se estima que será muy alto, pero ahí se mezclan los apáticos, los flojos, los irresponsables, los inconformes. El voto anulado en cambio, muestra con claridad una intención de utilizar un derecho pero para señalar una inconformidad y aunque en la legislación actual dicha acción no tiene una repercusión legal, si puede llegar a tener un alto valor político si es realizada masivamente y con cierta organización y orientación, ya que mandaría una señal a las autoridades, de que un alto porcentaje de la población exige cambios de fondo en nuestros sistemas e instituciones.
En la encuesta del Reforma de hace unos días, ya el 10% de los encuestados, reconoció su intención de sí ir a votar pero para anular su voto, porcentaje que seguramente aumentará considerablemente, pues ya hay muchas redes cibernéticas que están invitando a hacer lo mismo, con argumentos sólidos, nada despreciables. Si esto se llega a acompañar con una orientación para que quienes anulen su voto pongan alguna leyenda específica en las boletas y si se convoca a éstos ciudadanos a manifestarse el día de la elección públicamente, en las principales ciudades del país, explicando sus razones, el impacto político y la efectividad aumentarían considerablemente.
A mí, que era un convencido de que debíamos votar, ya me pusieron a dudar. Aun tengo 3 semanas
lunes, 1 de junio de 2009
¿QUIEN PROMETIÓ CREAR EMPLEOS?
Todo se pone más feo,
La economía va en picada,
En la Tele solo veo,
Crimen, fraudes, cochinada,
Nos aumenta el desempleo,
Y el Gobierno no hace nada.
Recientemente, el Instituto de Estadística Y Geografía (INEGI) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, correspondiente al ler. Trimestre del 2009. La población del país asciende a 107 millones de personas y los que tienen 14 años de edad o más son 78 millones y constituyen en concepto amplio, la población en edad laboral, aunque se manejan 50.9 millones de personas como población económicamente activa (PEA).
La PEA creció en 2007 pero disminuyó en 2008 y ahora 42.9 millones (84.4% de la PEA) están ocupados en actividades diversas, mientras que 7.9 millones (15.6% de la PEA) están desocupados, de los cuales 2.3 millones están en desocupación abierta, o sea buscando trabajo y 5.7 millones ya desistieron de buscar trabajo y por tanto están en desocupación pasiva. No se incluyen a los emigrantes en condiciones de trabajar y que debieran sumarse para determinar el número de empleos formales que la economía debiera generar.
Del primer trimestre de 2008 al primer trimestre de 2009, la PEA creció en 710 mil personas, el saldo desfavorable entre empleos perdidos contra creados fue de 405,000 personas y por tanto la desocupación total aumentó en 1 millón 115 mil personas.
De la encuesta se desprende que en esos 12 meses, 463 mil personas perdieron su acceso a instituciones de salud, 559 mil subocupados manifestaron la necesidad y disponibilidad para laborar más horas, la desocupación abierta llegó a 2 millones 300 mil personas (500 mil más que un año antes) y que de las personas con experiencia 515 mil perdieron su empleo y 16 mil cerraron un negocio propio. Según la encuesta la población ocupada en el sector informal llegó a 12 millones 100 mil personas (218 mil más que un año antes), aunque se estima que el número es mucho mayor pero la gente tiene temor de mencionarlo.
En mayo, el propio INEGI reportó que en abril más de 84 mil personas se quedaron sin empleo, con lo que se llegó a una cifra histórica de 2 millones 400 mil desocupados en México, lo que representa el 5.25% de la PEA. Además, el Organismo señaló que se han presentado cambios relevantes en la composición del empleo, sobresaliendo una mayor participación del empleo en los servicios y en el comercio, en detrimento de la ocupación en la industria manufacturera y en las actividades agropecuarias.
Nuestro país, carente de récords que nos enorgullezcan, tiene el de duración de una recesión (insuficiente crecimiento económico), considerada en sentido amplio más que estricto, pues aunque ha habido crecimiento, éste ha sido totalmente insuficiente, desde la crisis de 1982 y hasta la fecha. Primero se desmanteló la agricultura, luego vino la destrucción de la industria y hemos retrocedido al nivel de economía primario-exportadora (mano de obra barata y recursos naturales) y dependientes del exterior en alimentos, gasolinas, tecnología, medicamentos, etc, etc, etc. Este año ni siquiera tendremos crecimiento mediocre, sino que, según las autoridades, nuestra economía decaerá en 6%. Este récord ha llevado necesariamente a un desgaste de las instituciones y a la desintegración de la moral pública, pues además se ha incrementado la actividad del crimen organizado y el narcotráfico, con la complicidad de las altas esferas.
El estancamiento de la economía mexicana no es un accidente, ni una calamidad dictada por la mala suerte, como ahora se quiere aparentar, echándole la culpa a la crisis global y a la Influenza (manejada en forma alarmista, que trascendió al extranjero), sino resultado lógico de una estrategia económica que ha dejado al “libre mercado” como rector del desarrollo económico.
En resumen, la política macroeconómica hace todo lo posible por prolongar y profundizar la recesión y en los próximos meses la élite dominante propondrá reformas (impositiva y laboral) para seguir insistiendo en el mismo modelo fracasado. El neoliberalismo se hunde bajo su propio peso, pero la clase política sigue sin darse cuenta de que se requiere con urgencia una reconstrucción económica y del Estado y el Presidente del Empleo, no tiene ni la convicción, ni la decisión, ni la fuerza, para proponerlas y ni siquiera para intentar cumplir su principal lema de campaña, el de crear empleos. Mientras tanto disfrutemos las campañas.
La economía va en picada,
En la Tele solo veo,
Crimen, fraudes, cochinada,
Nos aumenta el desempleo,
Y el Gobierno no hace nada.
Recientemente, el Instituto de Estadística Y Geografía (INEGI) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, correspondiente al ler. Trimestre del 2009. La población del país asciende a 107 millones de personas y los que tienen 14 años de edad o más son 78 millones y constituyen en concepto amplio, la población en edad laboral, aunque se manejan 50.9 millones de personas como población económicamente activa (PEA).
La PEA creció en 2007 pero disminuyó en 2008 y ahora 42.9 millones (84.4% de la PEA) están ocupados en actividades diversas, mientras que 7.9 millones (15.6% de la PEA) están desocupados, de los cuales 2.3 millones están en desocupación abierta, o sea buscando trabajo y 5.7 millones ya desistieron de buscar trabajo y por tanto están en desocupación pasiva. No se incluyen a los emigrantes en condiciones de trabajar y que debieran sumarse para determinar el número de empleos formales que la economía debiera generar.
Del primer trimestre de 2008 al primer trimestre de 2009, la PEA creció en 710 mil personas, el saldo desfavorable entre empleos perdidos contra creados fue de 405,000 personas y por tanto la desocupación total aumentó en 1 millón 115 mil personas.
De la encuesta se desprende que en esos 12 meses, 463 mil personas perdieron su acceso a instituciones de salud, 559 mil subocupados manifestaron la necesidad y disponibilidad para laborar más horas, la desocupación abierta llegó a 2 millones 300 mil personas (500 mil más que un año antes) y que de las personas con experiencia 515 mil perdieron su empleo y 16 mil cerraron un negocio propio. Según la encuesta la población ocupada en el sector informal llegó a 12 millones 100 mil personas (218 mil más que un año antes), aunque se estima que el número es mucho mayor pero la gente tiene temor de mencionarlo.
En mayo, el propio INEGI reportó que en abril más de 84 mil personas se quedaron sin empleo, con lo que se llegó a una cifra histórica de 2 millones 400 mil desocupados en México, lo que representa el 5.25% de la PEA. Además, el Organismo señaló que se han presentado cambios relevantes en la composición del empleo, sobresaliendo una mayor participación del empleo en los servicios y en el comercio, en detrimento de la ocupación en la industria manufacturera y en las actividades agropecuarias.
Nuestro país, carente de récords que nos enorgullezcan, tiene el de duración de una recesión (insuficiente crecimiento económico), considerada en sentido amplio más que estricto, pues aunque ha habido crecimiento, éste ha sido totalmente insuficiente, desde la crisis de 1982 y hasta la fecha. Primero se desmanteló la agricultura, luego vino la destrucción de la industria y hemos retrocedido al nivel de economía primario-exportadora (mano de obra barata y recursos naturales) y dependientes del exterior en alimentos, gasolinas, tecnología, medicamentos, etc, etc, etc. Este año ni siquiera tendremos crecimiento mediocre, sino que, según las autoridades, nuestra economía decaerá en 6%. Este récord ha llevado necesariamente a un desgaste de las instituciones y a la desintegración de la moral pública, pues además se ha incrementado la actividad del crimen organizado y el narcotráfico, con la complicidad de las altas esferas.
El estancamiento de la economía mexicana no es un accidente, ni una calamidad dictada por la mala suerte, como ahora se quiere aparentar, echándole la culpa a la crisis global y a la Influenza (manejada en forma alarmista, que trascendió al extranjero), sino resultado lógico de una estrategia económica que ha dejado al “libre mercado” como rector del desarrollo económico.
En resumen, la política macroeconómica hace todo lo posible por prolongar y profundizar la recesión y en los próximos meses la élite dominante propondrá reformas (impositiva y laboral) para seguir insistiendo en el mismo modelo fracasado. El neoliberalismo se hunde bajo su propio peso, pero la clase política sigue sin darse cuenta de que se requiere con urgencia una reconstrucción económica y del Estado y el Presidente del Empleo, no tiene ni la convicción, ni la decisión, ni la fuerza, para proponerlas y ni siquiera para intentar cumplir su principal lema de campaña, el de crear empleos. Mientras tanto disfrutemos las campañas.
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