jueves, 13 de agosto de 2009

Nosotros los Pobres

La cumbre se realizó,
Con los tres jefes de Estado,
Y nada se resolvió,
¿De qué nos sirve el Tratado?,
El campo se derrumbó,
Por el narco está atrapado.

El Tratado de Libre Comercio de Norteamérica ya lleva más de 15 años de operación. Cuando lo firmó nuestro país, las autoridades nos ofrecieron maravillas: mayor progreso, modernidad, empleos, igualdad y la realidad ha sido muy distinta, ya que no hay crecimiento, aumenta el desempleo y la desigualdad, aumenta la expulsión de compatriotas hacia el otro lado de la frontera y nos amenazan con ya no dejarlos entrar. Canadá exige visa para que puedan entrar mexicanos pues dice que han abusado del asilo político. En el campo del narcotráfico EEUU pone el mercado y los clientes consumidores y México pone los muertos.

El lunes pasado terminó una cumbre trilateral más, ahora celebrada en Guadalajara entre los jefes de estado de Canadá, EEUU y México. En todas estas reuniones nos decían que tenían como objetivo promover la competitividad global, fomentar el bienestar ciudadano y otorgar más seguridad a nuestros países y que era importante revisar la seguridad fronteriza, la seguridad energética, la seguridad financiera, la seguridad en salud y la seguridad contra el narco, pero parece que en ésta, al igual que en las de FOX, no hubo agenda mexicana, y que simplemente se asiste para atender las prioridades de Estados Unidos y ahora también las de Canadá, a cambio de recibir elogios o reconocimientos por buen comportamiento, ahora en la lucha contra el narcotráfico. Concluyó la reunión y nuestro país sigue sin ver las ventajas de ese tratado, pues nuestros socios tienen tantos problemas internos y con otros países, que los nuestros no les parecen prioritarios y por tanto no tienen prisa ni en revisar el asunto migratorio, ni el tratado de libre comercio, ni el empleo digno para nuestros paisanos, ni el permiso para trasportistas mexicanos, ni la eliminación de la visa para ingresar a Canadá, ni el combate bilateral al narcotráfico.

En el campo agrícola, para poner un ejemplo, al firmarse el tratado nos dijeron que la producción se modernizaría. Que de más de 30% de población económicamente activa en ese sector se reduciría a menos del 10% para hacerla compatible con su participación en el PIB que solo era del 3.5% y que no importaba que se tuvieran que importar alimentos pues al cabo que estaban más baratos en el exterior. Al reducirse los apoyos gubernamentales al campo como almacenamiento, precios de garantía, asistencia técnica, semillas, fertilizantes y crédito (se habilitaban más de 7 millones de ha. y ahora como millón y media), se dejaron de producir granos y alimentos y millones de campesinos abandonaron sus tierras y emigraron a EEUU y al gobierno no le preocupaba pues con las remesas (dólares enviados por los expatriados) financiaban las importaciones de alimentos. Ahora ya se revirtió, pues son menores las remesas que las importaciones.

Este abandono del campo creó un caldo de cultivo ideal para el florecimiento de grupos de narcotraficantes, que producen, principalmente marihuana, transportan y distribuyen drogas y han creado un grupo de sicarios para defender sus intereses. Con el tratado no se crearon los empleos necesarios en la industria y el comercio, y en el campo sigue viviendo, a pesar de la emigración, más del 30% de la población, de los cuales 15 millones viven en pobreza extrema, de manera que sin apoyos para producir ni comercializar, ¿a que quieren que se dediquen para sobrevivir? En la lucha contra el narcotráfico mueren principalmente sicarios (gente del campo desempleada) y policías y muy pocos jefes de cárteles.

Me gustaría que me explicaran los defensores del tratado, para que queremos seguir dentro de él, después de esta cumbre. En la Asamblea realizada en el Congreso el martes pasado, los coordinadores del PRI y del PRD criticaron severamente el manejo que el Gobierno Federal ha dado a la crisis, pero el que puso los puntos sobre las íes fue el Dr. José Narro, Rector de la UNAM, quien dijo que “requerimos de un nuevo modelo económico y de nuevas fórmulas de intervención gubernamental para resolver los problemas sociales sin contraponer al mercado con el Estado. ¿Lo habrán escuchado? y ¿lo habrán entendido?

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