Propuestas están ausentes,
El rumbo, está perdido,
La lucha es contra indolentes,
Contra el modelo fallido,
Voces de brillantes mentes,
Casi nadie presta oído,
Ante la ausencia de propuestas y acciones de los 3 niveles de gobierno para enfrentar la crisis, el pasado fin de semana se reunieron en la Cd. De Cuernavaca un grupo de académicos intelectuales como David Barkin y Jean Robert, convocados por Miguel Valencia de “Ecomunidades”, que forma parte de un movimiento de alcance mundial que plantea una opción diferente de desarrollo, contraria al dogma dominante en casi todo el mundo.
La reunión se planteó para reflexionar en torno a las siguientes preguntas:
¿Cómo salir de la droga que significa la idea del crecimiento? ¿Cómo descolonizar nuestro país, frenar la manipulación mediática y recomponer las defensas inmunitarias de la sociedad?, ¿Cómo revalorizar la naturaleza, las culturas, la historia, la filosofía, la convivencia?, ¿Cómo crear nuevos conceptos de subsistencia, riqueza y pobreza, bajo nuevos conceptos de escasez y abundancia, repensando la educación, cambiando la organización sicosocial y redefiniendo las ideas de progreso, desarrollo y modernidad? ¿Cómo dar salida a la crisis económica de México?
Los participantes fueron hospitalariamente acogidos por “Caminando Unidos”, organización independiente que desde hace muchos años convive con personas desechadas del desarrollo y amenazadas de expulsión del espacio en que se han asentado. Estas personas son representativas de muchas otras que forman mayoría en el país y que serían directamente beneficiadas, si se encontrara un camino social, que se ocupara realmente de lo que interesa a esa gran mayoría, en sustitución al catecismo del desarrollo impuesto y que ha beneficiado a unos cuantos.
Para estos grupos resulta difícil pensar que los partidos y funcionarios, que han sido directamente responsables de las catástrofes que han azotado nuestro país, y que han sido beneficiados en lo personal y como grupos con la aplicación de las recetas dictadas por organismos internacionales, puedan impulsar un proyecto social y político diferente. Y que sería iluso confiarles la tarea de la reconstrucción, que ya se está concibiendo e implementando, desde abajo, en forma consistente y perdurable, con apoyo de grupos independientes.
Con la actual caída del producto se reduce el empleo, la producción básica, el ingreso de la mayoría de la población, la capacidad de supervivencia. En la reunión se planteó aprovechar el decrecimiento económico para hacerlo benéfico para el país, como lo puede ser para un árbol la poda de lo que le estorba. Se trata de reducir o eliminar cuanto sobra y daña para que florezca la subsistencia autónoma y crezca lo que realmente haga falta. Se achicaría todo el sector financiero, que saquea al productivo y a la población y vive de la especulación destructiva. Desaparecería la invasión de transgénicos y la obsesión por los híbridos, para estimular el cultivo campesino con semillas criollas, que se ampliaría hasta recuperar la autosuficiencia en los productos básicos. Se recortarían los salarios obscenos y prestaciones exageradas de funcionarios y dirigentes públicos y privados. En vez de centros comerciales monstruosos y destructivos, se multiplicarían las redes de establecimientos pequeños y medianos. Quedarían sin empleo desarrollistas públicos y privados, para que pudiera florecer la construcción autónoma, con materiales locales y sentido de la proporción y la belleza.
En 1910 se decía que había que luchar contra el tirano y contra la indolencia del pueblo. Han pasado 100 años y la indolencia e ignorancia siguen siendo males que aquejan a nuestro pueblo, acostumbrado más a sufrir y a aguantar, que a organizarse y a presionar por lo que es justo, pero espero, que a esas voces lúcidas se sumen muchas más y empiecen a cambiar las cosas.
El rumbo, está perdido,
La lucha es contra indolentes,
Contra el modelo fallido,
Voces de brillantes mentes,
Casi nadie presta oído,
Ante la ausencia de propuestas y acciones de los 3 niveles de gobierno para enfrentar la crisis, el pasado fin de semana se reunieron en la Cd. De Cuernavaca un grupo de académicos intelectuales como David Barkin y Jean Robert, convocados por Miguel Valencia de “Ecomunidades”, que forma parte de un movimiento de alcance mundial que plantea una opción diferente de desarrollo, contraria al dogma dominante en casi todo el mundo.
La reunión se planteó para reflexionar en torno a las siguientes preguntas:
¿Cómo salir de la droga que significa la idea del crecimiento? ¿Cómo descolonizar nuestro país, frenar la manipulación mediática y recomponer las defensas inmunitarias de la sociedad?, ¿Cómo revalorizar la naturaleza, las culturas, la historia, la filosofía, la convivencia?, ¿Cómo crear nuevos conceptos de subsistencia, riqueza y pobreza, bajo nuevos conceptos de escasez y abundancia, repensando la educación, cambiando la organización sicosocial y redefiniendo las ideas de progreso, desarrollo y modernidad? ¿Cómo dar salida a la crisis económica de México?
Los participantes fueron hospitalariamente acogidos por “Caminando Unidos”, organización independiente que desde hace muchos años convive con personas desechadas del desarrollo y amenazadas de expulsión del espacio en que se han asentado. Estas personas son representativas de muchas otras que forman mayoría en el país y que serían directamente beneficiadas, si se encontrara un camino social, que se ocupara realmente de lo que interesa a esa gran mayoría, en sustitución al catecismo del desarrollo impuesto y que ha beneficiado a unos cuantos.
Para estos grupos resulta difícil pensar que los partidos y funcionarios, que han sido directamente responsables de las catástrofes que han azotado nuestro país, y que han sido beneficiados en lo personal y como grupos con la aplicación de las recetas dictadas por organismos internacionales, puedan impulsar un proyecto social y político diferente. Y que sería iluso confiarles la tarea de la reconstrucción, que ya se está concibiendo e implementando, desde abajo, en forma consistente y perdurable, con apoyo de grupos independientes.
Con la actual caída del producto se reduce el empleo, la producción básica, el ingreso de la mayoría de la población, la capacidad de supervivencia. En la reunión se planteó aprovechar el decrecimiento económico para hacerlo benéfico para el país, como lo puede ser para un árbol la poda de lo que le estorba. Se trata de reducir o eliminar cuanto sobra y daña para que florezca la subsistencia autónoma y crezca lo que realmente haga falta. Se achicaría todo el sector financiero, que saquea al productivo y a la población y vive de la especulación destructiva. Desaparecería la invasión de transgénicos y la obsesión por los híbridos, para estimular el cultivo campesino con semillas criollas, que se ampliaría hasta recuperar la autosuficiencia en los productos básicos. Se recortarían los salarios obscenos y prestaciones exageradas de funcionarios y dirigentes públicos y privados. En vez de centros comerciales monstruosos y destructivos, se multiplicarían las redes de establecimientos pequeños y medianos. Quedarían sin empleo desarrollistas públicos y privados, para que pudiera florecer la construcción autónoma, con materiales locales y sentido de la proporción y la belleza.
En 1910 se decía que había que luchar contra el tirano y contra la indolencia del pueblo. Han pasado 100 años y la indolencia e ignorancia siguen siendo males que aquejan a nuestro pueblo, acostumbrado más a sufrir y a aguantar, que a organizarse y a presionar por lo que es justo, pero espero, que a esas voces lúcidas se sumen muchas más y empiecen a cambiar las cosas.