La Educación oficial,
Ya lleva años descuidada,
Ese es un mal nacional,
Y casi nadie hace nada,
Necesitas un platal,
Para ir a escuela Privada.
Cada familia resiente la crisis actual en forma diferente, según su situación particular; sin embargo, creo que todas deberían hacer un alto en su camino y reunir a sus miembros para intercambiar puntos de vista y para proponer cambios en sus costumbres de vida y de gastos. Hoy platiquemos algo sobre el gasto educativo.
Muchas personas que aprovechamos el magnífico sistema educativo del que gozamos hace muchos años (de primaria hasta universidad), para ser lo que ahora somos, al detectar el gran deterioro que sufría, por la modificación de las políticas públicas para privilegiar a la educación privada y dejar en manos de un sindicato corrupto e ineficiente la suerte de la educación oficial, decidimos, los que pudimos, hacer un gran esfuerzo para mandar a nuestros hijos a escuelas privadas, con la idea de que eso constituía su mejor herencia, destinando un alto porcentaje del ingreso para cubrir esa prioridad familiar (en mi caso llegué a tener a 3 hijos en profesional y uno en preparatoria y su capacitación consumía el 80% de mi ingreso) y ahora muchos padres ven con tristeza que aún así, sus hijos no consiguen empleo, no solo por la situación económica sino porque las escuelas privadas en general, distan mucho de tener el nivel que aparentan.
A pesar de que el gobierno propicia que muchas familias de recursos limitados hagan el esfuerzo de enviar a sus hijos a escuelas privadas, no les reconocen este gasto en la declaración de impuestos.
Cuando los hijos de mis hijos empezaron a ir a la escuela, los papás se quejaban por tanto gasto (inscripción, colegiaturas, libros, material, uniformes). Yo les decía lo siguiente, en tono de broma: “Mira hijo, a tus hijos no los envíes a la escuela sino que entre tu esposa y tu les enseñan a leer y a sumar y restar para que no sean analfabetas y mientras tanto les abres una cuenta de inversión en el banco y les vas depositando una cantidad igual a la que tus amigos destinen al pago de cada uno de esos conceptos para sus hijos y cuando cumplan 23 años les das, como si fuera regalo por terminar su carrera, el saldo de esa cuenta”.
Me respondieron negativamente, argumentando que no solo se trataba de la instrucción técnica, sino también de aprender idiomas, materias humanistas y que se relacionaran con buenos amigos. Estoy completamente de acuerdo, pero les insistí en que simplemente se trataba de explorar un caso extremo. Por curiosidad hice un cálculo suponiendo colegiaturas mensuales de $1,500 en Kinder, $3,000 en primaria, $6,000 en secundaria, $9,000 en preparatoria y $13,000 en profesional, destinando 15% adicional a libros y material y 10% a uniformes (cada quien puede hacer sus cálculos con sus propios datos). Con sorpresa me encontré que al final del plazo (21 años después) la cuenta tendría $4,342,000 ($1,900,000 a valor actual). ¿Que significa esto?, Pues que si alguien hubiera tomado esta decisión hace años y hoy su hijo cumpliera sus 23 años, le podría regalar $1,900,000, para poner un negocio propio. Para tranquilidad de los lectores, el hijo asistió además a escuelas oficiales y concluyó su carrera en una Universidad Estatal, por lo que además recibió una preparación que le permitirá manejar mejor su dinero y su vida. Este cálculo es para un solo hijo.
Otra forma de ver el cálculo es que si un jefe de familia no depositó los recursos, se ahorró $1,900,000 (valor actual), que pudo destinar a otro fin (a su propia actividad productiva). En el caso de alguien que no tenía esos recursos, actuar así le permitió no tener la presión para conseguirlos con más trabajo o más endeudamiento o desviándolo de otras prioridades.
La gran mayoría de la población tiene como única opción utilizar la educación oficial y aún así, se ve en serias dificultades para cubrir los gastos inherentes. Gente de nivel medio y medio superior, afectada ahora por la crisis, se verá en la imposibilidad de pagar la educación privada y además sentirá un desprestigio, si envía a sus hijos a escuelas oficiales.
Uno de los primeros cambios que debiera hacer el gobierno en sus políticas públicas, es volver a darle prioridad y prestigio a la educación, ya que es lo que verdaderamente puede transformar a nuestro país para alcanzar mejores niveles de desarrollo y de equidad; sin embargo, mientras el gobierno mantenga esa relación de complicidad con los líderes sindicales, poco podremos esperar en este campo, pero al igual que he venido insistiendo en la necesidad de modificar la política económica volteando hacia el mercado interno, seguiré insistiendo en el tema educativo. ¿Ustedes que piensan?
Ya lleva años descuidada,
Ese es un mal nacional,
Y casi nadie hace nada,
Necesitas un platal,
Para ir a escuela Privada.
Cada familia resiente la crisis actual en forma diferente, según su situación particular; sin embargo, creo que todas deberían hacer un alto en su camino y reunir a sus miembros para intercambiar puntos de vista y para proponer cambios en sus costumbres de vida y de gastos. Hoy platiquemos algo sobre el gasto educativo.
Muchas personas que aprovechamos el magnífico sistema educativo del que gozamos hace muchos años (de primaria hasta universidad), para ser lo que ahora somos, al detectar el gran deterioro que sufría, por la modificación de las políticas públicas para privilegiar a la educación privada y dejar en manos de un sindicato corrupto e ineficiente la suerte de la educación oficial, decidimos, los que pudimos, hacer un gran esfuerzo para mandar a nuestros hijos a escuelas privadas, con la idea de que eso constituía su mejor herencia, destinando un alto porcentaje del ingreso para cubrir esa prioridad familiar (en mi caso llegué a tener a 3 hijos en profesional y uno en preparatoria y su capacitación consumía el 80% de mi ingreso) y ahora muchos padres ven con tristeza que aún así, sus hijos no consiguen empleo, no solo por la situación económica sino porque las escuelas privadas en general, distan mucho de tener el nivel que aparentan.
A pesar de que el gobierno propicia que muchas familias de recursos limitados hagan el esfuerzo de enviar a sus hijos a escuelas privadas, no les reconocen este gasto en la declaración de impuestos.
Cuando los hijos de mis hijos empezaron a ir a la escuela, los papás se quejaban por tanto gasto (inscripción, colegiaturas, libros, material, uniformes). Yo les decía lo siguiente, en tono de broma: “Mira hijo, a tus hijos no los envíes a la escuela sino que entre tu esposa y tu les enseñan a leer y a sumar y restar para que no sean analfabetas y mientras tanto les abres una cuenta de inversión en el banco y les vas depositando una cantidad igual a la que tus amigos destinen al pago de cada uno de esos conceptos para sus hijos y cuando cumplan 23 años les das, como si fuera regalo por terminar su carrera, el saldo de esa cuenta”.
Me respondieron negativamente, argumentando que no solo se trataba de la instrucción técnica, sino también de aprender idiomas, materias humanistas y que se relacionaran con buenos amigos. Estoy completamente de acuerdo, pero les insistí en que simplemente se trataba de explorar un caso extremo. Por curiosidad hice un cálculo suponiendo colegiaturas mensuales de $1,500 en Kinder, $3,000 en primaria, $6,000 en secundaria, $9,000 en preparatoria y $13,000 en profesional, destinando 15% adicional a libros y material y 10% a uniformes (cada quien puede hacer sus cálculos con sus propios datos). Con sorpresa me encontré que al final del plazo (21 años después) la cuenta tendría $4,342,000 ($1,900,000 a valor actual). ¿Que significa esto?, Pues que si alguien hubiera tomado esta decisión hace años y hoy su hijo cumpliera sus 23 años, le podría regalar $1,900,000, para poner un negocio propio. Para tranquilidad de los lectores, el hijo asistió además a escuelas oficiales y concluyó su carrera en una Universidad Estatal, por lo que además recibió una preparación que le permitirá manejar mejor su dinero y su vida. Este cálculo es para un solo hijo.
Otra forma de ver el cálculo es que si un jefe de familia no depositó los recursos, se ahorró $1,900,000 (valor actual), que pudo destinar a otro fin (a su propia actividad productiva). En el caso de alguien que no tenía esos recursos, actuar así le permitió no tener la presión para conseguirlos con más trabajo o más endeudamiento o desviándolo de otras prioridades.
La gran mayoría de la población tiene como única opción utilizar la educación oficial y aún así, se ve en serias dificultades para cubrir los gastos inherentes. Gente de nivel medio y medio superior, afectada ahora por la crisis, se verá en la imposibilidad de pagar la educación privada y además sentirá un desprestigio, si envía a sus hijos a escuelas oficiales.
Uno de los primeros cambios que debiera hacer el gobierno en sus políticas públicas, es volver a darle prioridad y prestigio a la educación, ya que es lo que verdaderamente puede transformar a nuestro país para alcanzar mejores niveles de desarrollo y de equidad; sin embargo, mientras el gobierno mantenga esa relación de complicidad con los líderes sindicales, poco podremos esperar en este campo, pero al igual que he venido insistiendo en la necesidad de modificar la política económica volteando hacia el mercado interno, seguiré insistiendo en el tema educativo. ¿Ustedes que piensan?
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