sábado, 15 de noviembre de 2008

CAPITALISMO ¿Hasta Cuando? (#31)

Crisis del Capitalismo,
Mucho problema ha causado,
Es voraz con egoísmo,
Y el ambiente ha destrozado,
Y seguimos con lo mismo,
Olvidando al amolado.

Cuando practicamos o vemos algún deporte, sabemos perfectamente que mientras una estrategia de juego está funcionando se debe continuar sin cambios, pero cuando ya no funciona es imperativo cambiarla por otra, pues ya demostró con claridad su ineficacia.

En el caso económico las cosas no funcionan igual. Un modelo puede estar fallando y el cambio no se produce o tarda mucho en presentarse, pues los modelos cuentan con mecanismos de autoprotección y adecuación que les permite sobrevivir y a veces hasta robustecerse.

El Capitalismo es sin duda el modelo que ha producido más riqueza y a la vez más destrucción. Hay cada vez más alimentos, más medicinas, más casas, más trabajo, más libros, más derechos humanos y paradójicamente en el mundo hay más hambre, más enfermos, más familias sin techo, más desempleados, más analfabetos, y más impunidad y crímenes contra la humanidad.

El Capitalismo no creó la pobreza, ni el hambre, ni las guerras, ni la desigualdad; sin embargo, no solo ha permitido sino que promovió que el poder se concentre en 1,000 empresas transnacionales y en 2 millones y medio de millonarios, que utilizan tecnología que degrada el ambiente, mientras el 80% de los habitantes del planeta están condenados a una vida miserable.

La famosa "mano invisible" que conciliaría los intereses colectivos con los privados, el "goteo" hacia las capas más bajas del subsuelo, el "ascensor" que bajaría cada vez más de prisa a rescatar gente de la planta baja, quedaron exhibidos como comerciales llenos de falsedad.

Para su sobrevivencia el Capitalismo dictará las mismas recetas: privatización de fondos públicos, prolongación de jornadas laborales, disminución de prestaciones, despido libre, disminución de gasto social, desgravación fiscal a los empresarios, etc.

Esta crisis le llega al mundo con una población sin conciencia, con pocas ideas, con poca organización y lo que es más grave con miedo pero con poco compromiso. Se aceptan los sacrificios, pero en otros lugares y personas, siempre y cuando no afecte nuestra cuenta bancaria, nuestro puesto de trabajo, nuestra televisión. La gente que tiene algo piensa que puede perderlo todo, por lo que desea volver cuanto antes a la normalidad anterior a la crisis, con sus pobres, sus guerras y la destrucción ecológica. No es aún el derrumbe del capitalismo, ya que éste vendrá hasta que surja una fuerza política capaz de proponer y llevar a la práctica un modelo alternativo, mientras tanto seguirá temblando el mercado, sus economistas, los funcionarios y los políticos, pues todo lo sólido se está desvaneciendo en el aire.

En nuestro país, llevamos más de 25 años siguiendo un modelo ajeno e injusto, con un crecimiento mediocre un poco superior al 2% anual, deteriorando nuestra precaria agricultura e industria, nuestro sistema educativo, nuestro entramado social. Casi ningún sector productivo se ha escapado al deterioro. El Capitalismo encontró la fórmula para enraizarse en nuestro país, al preparar profesionistas en el extranjero y colocarlos en puestos claves de la Administración, que con poco conocimiento del país han aplicado recetas externas.

Si aplicáramos la enseñanza deportiva, la estrategia económica la debimos modificar hace muchos años. Tenemos petróleo y debiéramos usarlo como motor de un desarrollo sostenido y justo, fortaleciendo nuestro mercado interno. Preocupa la incapacidad de las autoridades para darse cuenta y para plantear soluciones de mediano y largo plazo y para visualizar en el corto plazo hacia dónde deben ir los escasos recursos disponibles. Los partidos políticos están ocupados en sus luchas internas por los puestos en juego. El gobierno federal está ocupado en su lucha, con resultados dudosos, contra el crimen organizado y el narcotráfico y no muestra intención de apretarse el cinturón, ni de llegar a un gran acuerdo nacional. Las grandes empresas y el sector financiero, presionan para que el erario destine muchos miles de millones de pesos para lograr los tradicionales salvamentos de sus intereses, mientras que las clases medias y bajas de la sociedad seguirán en el olvido, al fin que han demostrado mucho aguante. ¿Hasta cuando?

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