Por Guillermo Castellanos Guzmán.
Hay mucha desigualdad,
Ricos, pobres, en aumento,
Es la cruda realidad,
Más ¿cuando será el momento?,
Para buscar la igualdad,
Con justicia y crecimiento.
México es un país con una gran desigualdad. Para confirmar lo anterior, veamos indicadores internacionales como son el “Coeficiente de Gini”, medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Conrado Gini y El Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desarrollado en 1990 por el economista paquistaní Mahbub Ul Haq y el economista indio Amartya Sen, que se utiliza para clasificar a países en desarrollados, en desarrollo y subdesarrollados.
Ricos, pobres, en aumento,
Es la cruda realidad,
Más ¿cuando será el momento?,
Para buscar la igualdad,
Con justicia y crecimiento.
México es un país con una gran desigualdad. Para confirmar lo anterior, veamos indicadores internacionales como son el “Coeficiente de Gini”, medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Conrado Gini y El Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desarrollado en 1990 por el economista paquistaní Mahbub Ul Haq y el economista indio Amartya Sen, que se utiliza para clasificar a países en desarrollados, en desarrollo y subdesarrollados.
El Coeficiente de Gini se utiliza para medir cualquier forma de distribución desigual como los ingresos. Es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini (coeficiente de Gini multiplicado por 100) es el más confiable de los utilizados a nivel mundial. Se aplicó a 189 países resultando un índice promedio ponderado de 40.5. Dinamarca tiene la mejor distribución (23.2), Suecia (25.0), España (32.5). Estados Unidos resultó medianamente desigual con 40.8 y México, con 53.1 se ubicó en lugar 15, superado en desigualdad por 7 países africanos y 7 países latinoamericanos.
El “IDH” es un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: Vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), Educación (alfabetización de adultos, matriculación en primaria, secundaria y superior) y Nivel de vida digno (PIB per cápita).
Nuestro país es de contrastes. La Delegación Benito Juárez en el DF y el municipio San Pedro Garza García en N.L. tienen un IDH de 0.951, superior al 0.947 que el promedio de los países de la OCDE más ricos; Coatepec, Ver, tiene 0.823, superior al de Europa Central y Oriental (0.808). Hasta abajo está Cochoapa el Grande, Gro, con 0.435, inferior al 0.493 de África Subsahariana, la región más pobre del mundo. Este indicador mide también desigualdad al comparar los valores para los municipios más altos y los más bajos. En México la diferencia es de 2.18 veces y lo sitúa como uno de los países más desiguales del mundo.
Al desagregar el IDH en sus componentes vemos por ejemplo que en salud, el de mayor índice es Benito Juárez en el DF y el más bajo es Batopilas, Chihuahua; en educación los dos mejores están en Oaxaca (San Sebastián Tula y Guelatao); en ingreso los más altos son Benito Juárez y San Pedro Garza García y los más bajos están en Oaxaca (Santiago Amoltepec y San Juan Petlalpa), con índices de 0.45 y 0.43. Un mayor índice de ingreso no implica un mayor índice en educación, ya que las políticas públicas aplicadas en los municipios pueden hacer la diferencia.
A nivel estatal y considerando solamente el índice de ingreso, los estados de Querétaro, Oaxaca, Nuevo León, Veracruz y Yucatán son los que tienen las mayores diferencias entre sus municipios con mayor y menor desarrollo. La distancia es de 41 puntos en Querétaro (entidad con mayor desigualdad entre sus municipios) y en contraste, los estados de Baja California, Baja California Sur, Colima, Aguascalientes y Tabasco tienen los municipios con menores extremos desiguales respecto al índice de ingreso.Llevamos más de 25 años casi sin crecimiento económico y con una desigualdad en aumento, lo que a su vez ha incrementado la emigración, el deterioro salarial, el desempleo, la expansión del crimen organizado y el narcotráfico. Muchos indicadores en infraestructura, educación, seguridad, nos ubican con baja competitividad internacional. Los problemas se resuelven atacando las causas no los efectos. Las marchas deberían exigir el cambio de modelo económico para presionar a las autoridades para tener crecimiento económico disminuyendo desigualdades.