Ya me voy ya me despido,
Es mi columna postrera,
Ahora lo que yo decido,
Es volver a lo que era,
Artista comprometido,
Y pa’ l deporte muy fiera.
Hace ya casi 3 años inicié esta aventura de escribir una columna semanal en el periódico local El Corregidor de Querétaro en forma ininterrumpida, tratando temas diversos relacionados con la economía, las finanzas y la política, lo que ha representado para mí un importante esfuerzo, ya que se requiere dedicarle tiempo a la selección de los temas, a la investigación, al análisis y finalmente a la redacción, pero también me ha dejado muchas satisfacciones, por la gran cantidad de correos que recibo cada semana con comentarios, algunos en contra, otros a favor, otros con información complementaria, todos los cuales reciben posteriormente respuesta mía agradeciendo y explicando aspectos adicionales para justificar mis posturas.
Todo lo anterior me ha hecho descuidar otras actividades igualmente importantes para mí como son la familia, el deporte, la música y la literatura, por lo que he decido retomarlas con fuerza, lo que requiere tiempo completo de mi parte. Llevo dos semanas reponiendo piezas clásicas en la guitarra, que toqué hace más de 30 años y me da gusto escuchar que las puedo volver a tocar después de varias horas de estudio. Lo mismo me pasa con el piano.
Me inscribí en un taller de creación literaria y me doy cuenta que en esa y todas las actividades de la vida, aunque pensemos que sabemos hacerlas bien, cuando tomamos un curso o leemos sobre el tema, nos podemos dar cuenta de lo mucho que nos falta por aprender y a mí me gustaría poder escribir cuentos y novelas con más conocimiento de causa y no tan empírico como lo he hecho hasta ahora.
La familia y el deporte siempre han estado presentes en mi vida, pero aún así, considero que puedo dar más, sobre todo ahora que ya sólo vivimos en la casa familiar mi esposa y yo y que cada uno necesita cada día más apoyo del otro. Gracias a Dios tengo buena condición física y quiero disfrutar mientras la tenga, de ir con amigos a jugar tenis y frontón, lo que implica adicionalmente la chorcha sabrosa antes y después de los juegos.
Me duele la situación de mi país y la falta de ética con la actúan la mayoría de los actores políticos que hacen que las instituciones pierdan credibilidad. Seguramente no podré alejarme del gusto del análisis político, pero ya buscaré la forma de hacerlo sin la presión semanal de expresarlo en una columna.
Por lo anterior y por este medio quiero agradecerles a mis amigos y familiares que semana a semana me hacían el favor de leer mis columnas, su constancia y su paciencia y sobre todo su apoyo en todo momento y me despido informándoles que sólo pude llegar a la columna 140, que por cierto no es feo número y después les haré saber, a los que les pueda interesar, los resultados de mis viejas actividades renovadas.
jueves, 10 de febrero de 2011
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