miércoles, 9 de diciembre de 2009

ESTAMOS COMO ESTAMOS PORQUE SOMOS COMO SOMOS

El País retrocediendo,
Tal vez somos de los peores,
Muy mal lo estamos haciendo,
Dice El Nobel sin rubores,
Todos estamos perdiendo,
Hay muy pocos ganadores.

Llevamos ya mucho tiempo de escuchar voces responsables preocupadas por la falta de respuesta del gobierno a la situación crítica que estamos viviendo en el país. Las pocas medidas que se adoptan van en sentido contrario al esperado, pues en lugar de propiciar desarrollo, generar empleos, atacar la pobreza y la desigualdad, nos mantienen en el estancamiento y enriquecen a los más ricos.

Los indicadores del Banco Mundial, de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), de la OCDE (Organización Para La Cooperación y el Desarrollo Económico) y hasta del INEGI (Instituto de Estadística, Geografía e Informática), dejan ver con claridad cómo crece el desempleo y la desigualdad, cómo perdemos posición en educación, capacitación y competitividad, cómo hemos perdido el liderazgo en América latina, donde hoy ocupamos uno de los últimos lugares en desempeño, mientras que los grupos privilegiados, muchos de los cuales son propietarios de oligopolios (mercado con pocos vendedores), siguen enriqueciéndose cada día más e influyen cada vez con más claridad y cinismo en la fijación de las políticas públicas en complicidad con una clase política que los representa más a ellos que a la gente.

El malestar social es evidente, aunque los que tienen el poder prefieren ignorarlo y minimizarlo. El Dr. José Narro, Rector de la UNAM y muchos otros personajes de la vida académica, han insistido en el peligro de un estallido social, por falta de respuestas y ahora, para completar el cuadro, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, confirma que el desempeño que el gobierno de México ha tenido para enfrentar la crisis ha sido uno de los peores en el mundo y agrega: i) Los índices del crecimiento en México han sido muy débiles y preocupa la combinación de una recuperación muy débil en Estados Unidos y una política fiscal en México que no estimula a la economía y al no estimular el desarrollo y el mercado interno, el país está condenado a la ruina; ii) A los países que les ha ido mejor son aquellos que tuvieron la reacción gubernamental más fuerte y rápida posible; iii) La ausencia de diversificación económica de México que mantiene una concentración obtusa, interesada y unilateral con Estados Unidos y que ha resultado ampliamente redituable para unos cuantos, ha sido particularmente catastrófica para México; iv) Otros países latinoamericanos, sobre todo del Cono Sur, han fortalecido sus relaciones comerciales con Asia y Europa y tienen mucho mejor desempeño que México (les ayuda la recuperación de Asia).

Nuestra clase política en lugar de ponerse las pilas, descalifica vergonzosamente estas observaciones como si vinieran de un ignorante, solicitándole que estudie nuestro país antes de hacer declaraciones.

Mientras Obama está incrementando el déficit tratando de alcanzar la recuperación de EEUU, nosotros seguimos estancados y Cartens orgulloso señala, en el extranjero, que nuestra deuda pública descenderá en un lustro cerca de 5 por ciento como proporción del PIB y el Subsecretario Werner insiste en que las calificaciones de riesgo de las finanzas son sólidas. ¿Cuál será la prioridad?

Para premiar a los funcionarios involucrados en este desastre, Calderón propone a Cartens para sustituir a Guillermo Ortiz como Gobernador del Banco de México y envía de SEDESOL a Ernesto Cordero para hacerse cargo de Hacienda. ¿Entendió?
La gente que algo tiene, se prepara para las posadas. ¡Viva México!

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